¿No te gusta demostrar lo que vales? Pues te aguantas

Tengo que reconocer que una de las grandes ventajas de conseguir un mínimo posicionamiento o prestigio son las explicaciones que te ahorras. Y para alguien que trata de ser eficiente, esto es estupendo.

Siempre he dicho que una Marca Personal es una forma no tecnológica de comprimir mucha información. Me explico. Cuando alguien ve un logotipo de una empresa o producto o escucha el nombre de alguien a quién conoce, inmediatamente lo asocia con una serie de ideas, atributos, beneficios, cualidades o desventajas.

Si has conseguido compactar lo que quieres transmitir en un nombre, en TU nombre y lo has divulgado de una forma adecuada, tienes un gran trabajo hecho para conseguir que te tengan en cuenta y te elijan.

¿Qué ocurre con la mayoría de los profesionales? Pues que permanecen anónimos, invisibles o algo peor, visibles pero difuminados. Si la gente que te conoce no es capaz de explicar con claridad a qué te dedicas, y sobre todo, qué aportas, entonces tendrás que pasarte el día dando explicaciones… si es que te las piden. Pero aún hay más. Esto todavía es más grave si tu mismo no eres capaz de explicarlo de forma clara, atractiva y memorable.


¿Qué es una entrevista de trabajo sino una oportunidad de explicarte? ¿Qué es una reunión comercial sino un momento en el que te lo juegas todo en una conversación? ¿Qué es una cita con alguien que te gusta sino un tiempo en el que vas a tratar de adivinar si lo vuestro tiene futuro? En todos esos casos, alguien va a tratar de descubrir o de deducir si eres una persona que merece la pena, la que va a satisfacer sus necesidades o conseguir que las cosas mejoren.

Cuando nadie sabe de ti, eres simplemente un «bulto sospechoso». Pero si desde hoy mismo empiezas a transmitir lo que eres capaz de ofrecer y lo demuestras una y otra vez, de forma consistente en los canales adecuados, poco a poco tu nombre se irá asociando con ciertos resultados. Pero ojo, esto no va de ser famoso o influyente sino de ser conocido y reconocido por quienes pretendes que te tengan en cuenta. Esto no va de ser superpopular sino de ser localizable cuando alguien busque a una persona como tu.

Por eso cada día me parece más absurdo que teniendo los medios de los que disponemos, una inmensa mayoría de personas se empeñe en esconderse. ¿Es que no te das cuenta de las ventajas que supone que cuando alguien necesite a un profesional como tu, piensen en ti o alguien que te conoce te recomiende?

Pero no basta con parecer bueno, también hay que serlo y contarlo. Y eso se consigue demostrándolo constantemente. Dice Ramit Sethi en Armas de titanes de Tim Ferriss que me acabo de comprar que él ofrece gratis el 98 por ciento de su material y, luego, vende muy caros muchos de sus cursos emblemáticos. Y tiene todo el sentido ese esfuerzo porque todo eso que «regala», en realidad le sitúa en una situación privilegiada.

Si te mantienes oculto, vas a generar sospechas. ¿Es que no tienes nada que ofrecer? ¿Es qué no te fías de lo que puedes hacer? ¿Es qué no consideras que mereces ser remunerado por lo que aportas? Quizás la respuesta a las tres preguntas es un SI rotundo, pero incluso en ese caso es una buena noticia porque ya sabes por donde empezar.

En este mundo se adora a los números uno, pero hay mucho espacio para todos los demás. Incluso, como dice una famosa ley del marketing, si no puedes ser el mejor en tu categoría, crea una nueva. Afortunadamente hoy «hay gente pa to» y además podemos comunicarnos con todo el mundo. Así que, por raro, innovador o minoritario que sea lo que propones, siempre vas a atraer a alguien que considere que merece la pena contactarte o, al menos, seguirte y contárselo a otros. Pero ¡Por Dios! no te lo guardes para ti.

Te digo esto porque una de las grandes ventajas de impartir tanta formación a tanta gente es que conoces a personas (la mayoría) alucinantes, que han hecho o están haciendo cosas muy valiosas y útiles. Pero la parte más deprimente es que parece que si no les aplican el tercer grado, no se lo van a contar a nadie. Y mientras tanto se quejan y lloran porque nadie les tiene en cuenta.

Llámalo Branding Personal, llamar la atención, exhibicionismo, storytelling, promoción personal o como te dé la gana. Como si no lo quieres llamar de ninguna manera. Pero haz el favor que sacar lo que tienes dentro, mostrarlo y demostrarlo ya y por los canales en los que te sientas más cómodo. Y en los que no te sientas tan cómodo, también.





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