¿Cuánto vive un YouTuber?
«Si no dominas los contenidos en vídeo, desapareces», «La venta tradicional está muerta, hoy hay que manejar el Social Selling«, «Lo que se necesitan son Content Curators«, «Los millennials quieren ser Influencers y YouTubers«, «Sin dominar el Big Data, tu negocio va a durar dos días», …
¿Cuántas profecías de este tipo llevas escuchando en los últimos meses o años? Casi cada quince días aparece una nueva tendencia que va a arrasar con todo… hasta quince días después.
Supongo que, quizás por la edad y porque he visto pasar muchas cosas por delante de mis ojos, suelo ser muy escéptico con este tipo de profecías repletas de anglicismos.
Nunca me he creído demasiado los estudios de grandes universidades que aparecen de vez en cuando en los medios de comunicación sobre todos los temas posibles porque, casi siempre, poco tiempo después aparecía otro que lo rebatía. Pero, al menos, había una investigación detrás.
Hoy parece que cualquiera con un puñado de «followers» que se levante con una idea «molona» se convierte en el nuevo Nostradamus dospuntocero.
Por otra parte, aunque hemos tardado más de una década, creo que ya nos hemos dado cuenta, por ejemplo, de que si no estás en Internet, TAMBIÉN existes y posiblemente existes más que muchos de los que viven en La Red.
Al mismo tiempo, existe una tendencia a despersonalizar a la gente. ¿Millennials? ¿Generación X? ¿Z?. Ayer leí que hay un nuevo grupo de seres humanos a los que denominan Generación Alpha porque ya se habían acabado las letras y había que empezar de nuevo con el abecedario. Aunque al ritmo que vamos, se nos acaba otra vez en un par de meses.
Como siempre he sido un contreras y me ha encantado ir en dirección opuesta a la mayoría, no he seguido ni me he creído casi nunca estas modas. Pero empiezo a estar hasta el gorro de esa gente que vive (muy bien) de subirse a todos los carros y convertirse en portavoz de la última «tontá» de turno mientras que lo importante se queda sin hacer.
Por ejemplo, en los últimos tiempos he participado o asistido a varios eventos dirigidos a profesionales y empresarios normales y corrientes pero también muy trabajadores y luchadores, de esos que son mayoría y que sacan este país adelante. En todos ellos parece que hay que meter a algún «gurú» que hable de cosas «chulas»: Drones que llevan los paquetes a tu casa, Computación cuántica o Big Data. Llevo décadas oyendo que los robots nos van a dominar, pero creo que son tan patosos como hace años. Y no digo que esos temas no estén mal para un documental en Discovery Channel, pero creo que es poco útil para la mayoría de nosotros.
Parece que hoy no eres un buen comercial si no dominas el Social Selling o no tienes ni idea de encontrar buenos candidatos si no eres experto en Recruiting 2.0 o tus treinta años como financiero son irrelevantes si no te subes a la ola del Fintech.
Vale, ya sé que este post me está quedando muy de «cuñao» pero es que estamos perdiendo el norte. Mientras perseguimos tendencias, el trabajo de verdad está ahí, por hacer. Y algo peor, estamos transmitiendo a nuestros hijos que, en lugar de centrarnos en lo importante y hacerlo lo mejor posible, hay que estar saltando de un lado a otro en función de lo que alguien decida que va a ser la n-revolución del siglo.
¿Dónde están los YouTubers que fueron las nuevas estrellas mediáticas hasta hace unos meses? ¿Cuánto tiempo han durado los YouTubers, Influencers y Blogueros supernova que se iban a comer el mundo? Me da la sensación de que lo único que han creado es una gran desilusión porque se convirtieron en modelos a seguir especialmente por la gente más joven.
«La luz que brilla con el doble de intensidad dura la mitad de tiempo, y tu has brillado mucho, Roy.”
Puestos a elegir algo en lo que centrarnos, creo que es importante escoger algo cuya caducidad sea más lejana.
Creo que, como profesionales, hay una oportunidad en enfocarnos en aquello que es importante y que no dependa de tendencias o herramientas. Un Early Adopter debe quedar fenomenal en una cena con amigos pero esa forma de actuar debe ser estresante y seguramente muy costosa de mantener.
Ahora que tanta gente va con la lengua fuera para apuntarse a la última «revolución» puede ser muy interesante centrarnos en algo que no tenga fechas de caducidad tan cortas, en DOMINAR algo que aporte valor hoy y también dentro de seis años. Y si hace falta, utilizaremos el término anglosajón que parece que gusta más, EVERGREEN.
Pregúntate, ¿qué hago o puedo hacer que no vaya a dejar de ser importante mañana? ¿me voy a subir al próximo carro sólo porque todo el mundo lo hace o realmente hay algo de «sustancia» detrás? ¿estoy actuando por miedo a quedarme atrás o hay una oportunidad auténtica? y quizás la más importante ¿qué voy a dejar de hacer por dejarme llevar por cantos de sirena?