¿Y si te valorasen sólo por lo que aportas?

Creo que uno de los problemas más graves a los que nos enfrentamos a la hora de decidir es la enorme cantidad de ruido y capas de envoltorio que existe en nuestra sociedad y que impide ver lo relevante.

Esto se aplica a los políticos, a los artistas, a los productos y, en general, a cualquier persona, producto, servicio u organización que trate de vender su mercancía.

El marketing ha pasado de ser un medio para convertirse en un fin. Parece que lo importante es lo que se ve a simple vista y cada día se hace más difícil decidir si lo que hay más adentro merece la pena o no.

Uno de los aspectos negativos de todo esto es que, al no haber unos fundamentos sólidos, al centrarnos más en la forma que en el fondo, cuando lo externo falla, lo realmente importante no suele ser tenido en cuenta.

Por eso un error superficial en alguien que realmente aporta algo valioso puede acabar con su trayectoria o, al menos, provocarle un gran daño. Por otra parte, parece que no se tiene realmente en cuenta a quienes hacen bien su trabajo si no se «viste» de tal forma que llame la atención. Y cuando hablo de «vestir» no me refiero sólo a la imagen personal sino, por ejemplo, a la utilización obsesiva de los Medios Sociales.

Suelo decir que la marca en general y la Marca Personal en particular es un subproducto de esta situación. Me explico.

Cuando no tenemos toda la información necesaria pero debemos tomar una decisión, tenemos que agarrarnos a algo y uno de estos asideros es el prestigio que representa tener una buena Marca Personal. Así que aquellos que han conseguido que su nombre sea conocido, reconocido y valorado, evitan tener que dar muchas explicaciones. Además, al ahorrar trabajo, tiempo y esfuerzo de investigación por parte de quienes te tienen que elegir, aumenta tu cotización y tus posibilidades de ser elegido.

Así que la cuestión es ¿estarías dispuesto a eliminar (o reducir a lo mínimo) de tu Estrategia Personal el elemento externo, superficial, el envase?

En realidad esa cuestión ha sido siempre algo importante a tener en cuenta desde que empecé con esto del Branding Personal. Uno de mis objetivos siempre ha sido que nos valoren por lo que somos y lo que hacemos y no por lo que parecemos. Quizás se deba a que no soy un tipo especialmente elegante ni atractivo.


Vale, ya sé que esto es una utopía y que posiblemente nunca podremos eliminar el Marketing y/o el «Packaging» Personal de la ecuación, pero nunca voy a tirar la toalla para conseguir que lo que se ve de nosotros sea menos importante que lo que aportamos.

Si eso fuese posible, me refiero a que se nos valore por los beneficios y el valor que generamos en los demás, entonces se acabarían muchos problemas de discriminación y se conseguiría una mayor igualdad. ¿No sería genial que la edad, el sexo, la ideología, los recursos o el origen de cada cual fuese irrelevante frente a lo que podemos aportar? Nuestra Marca Personal, la huella que hemos dejado en nuestro entorno, estaría por encima de lo externo.

Hubo un tiempo en el que llegué a pensar que Internet y los buscadores como Google facilitarían este proceso. Pensé que dospuntocerolandia pondría a cada uno en el sitio que merece, pero me temo que ya no va a ser así. La Red no premia a los mejores sino a quienes saben mover mejor los hilos. Cada día está más claro que quienes dominan los medios, quienes tienen los recursos son los que controlan lo que vemos y cómo lo vemos. Vamos, como toda la vida.

Cuento todo esto porque este puente he visto el documental Freedom sobre la vida de George Michael y me ha gustado porque por un lado muestra los aspectos menos visibles de una estrella como fue él y por otro explica su lucha para que se valorase su arte más allá de su imagen.

Reconozco que George Michael nunca ha sido uno de mis cantantes favoritos aunque he disfrutado mucho con media docena de sus canciones. Pero en este documental he visto como luchó por su independencia personal y profesional.

Me ha impresionado especialmente que cuando estaba en uno de sus momentos más altos de su carrera decidió que su imagen, incluso su nombre, no apareciese (parece que luego pusieron pegatinas) en su siguiente disco, Listen Without Prejudice Vol. 1 (el nombre del disco es toda una declaración de intenciones). Se enfrentó a la discográfica porque a estos les parecía todo menos una decisión sensata desde el punto de vista comercial. Pero él dijo que no era una mercancía, que su producto era su música, no él. Y esto encaja al 100% con lo que vengo diciendo aquí desde el principio. LAS PERSONAS NO SOMOS PRODUCTOS.

Está claro que George Michael se preocupaba mucho de su imagen, de su envoltorio, pero me ha gustado mucho la defensa de sus valores, de su trabajo, de su identidad. ¿Serías capaz de hacer algo parecido?





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