Si no preguntas, tu Marca Personal va a ciegas
Uno de los efectos colaterales más interesantes que están ocurriendo en Street Personal Branding, el canal de YouTube que hemos puesto en marcha Claudio Inacio y yo son los comentarios sobre nosotros y los invitados que van participando.
No se opina sólo sobre lo que debatimos sino también sobre nuestra personalidad o temperamento. Bondadoso, agresivo, borde, divertido, serio, tímido, elegante… Son muchos los adjetivos, los atributos de Marca Personal con los que nos van etiquetando. Y eso me parece siempre positivo.
Entonces, ¿Me parece bien que nos juzguen incluso cuando alguien nos describa de un modo que no nos gusta nada? Pues si, incluso en ese caso. O mejor dicho, especialmente cuando sucede así.
En primer lugar debo decir que no hay atributos de Marca Personal buenos o malos sino que estos van a ser valiosos en función de las circunstancias.
Atributos, adjetivos que describen a una persona como borde, seca, distante o antipática no sólo no la descalifican para realizar cualquier tarea sino que la sitúan en una excelente posición para trabajos o profesiones que, por ejemplo, requieran dureza y frialdad.
Del mismo modo, una persona bondadosa o empática puede tener muy complicado progresar profesionalmente, o incluso mantener su salud intacta, en entornos en los que haya que realizar negociaciones muy duras como en ciertos entornos empresariales en los que yo he trabajado.
Pero es que si queremos desarrollar una Marca Personal sólida, debemos conocer lo que los demás opinan de nosotros, nuestra Reputación. Suelo decir que la Reputación es el otro lado del espejo de la Marca Personal. Cuando ambos encajan perfectamente es como cuando juntas las palmas de tus manos, entonces todo va bien. Pero cuando hay un desfase entre la huella que crees que estás dejando y lo que te dicen los demás que está sucediendo, entonces hay que preocuparse.
El problema no son los atributos que te asignan sino la distorsión entre lo que quieres transmitir y lo que se percibe.
Si cerramos los ojos y preferimos no saber nada sobre la forma en que nos ven aquellos en los que queremos dejar nuestra huella, posiblemente no entenderemos por qué nos sucede lo que nos sucede o por qué la gente se comporta con nosotros de determinada manera.
Últimamente me han dicho personas diferentes y entornos distintos que yo doy un poco de miedo, que produzco algo de respeto, vamos que acojono un poco. Dicen que es por el tono de algunos tuits, por mi forma de hablar en público o incluso por mi foto con corbata que pongo en algunos perfiles. Y eso me lo dicen porque cuando me conocen, el comentario suele ser algo parecido a «anda, pues no eres tan gilipollas como pensaba».
¿Deberíamos ofendernos por comentarios de ese tipo? Todo lo contrario. Cuando eso sucede hay que estar enormemente agradecido. En primer lugar por la valentía de esas personas al atreverse a decir algo que puede generar un conflicto. Y en segundo lugar porque el «feedback» es una de las mejores herramientas de autoconocimiento y, ya sabes que esta es la piedra angular del desarrollo de una Marca Personal.
Si te perciben de una determinada manera, la responsabilidad es tuya y sólo tuya. Nunca puedes culpar a los demás de tu incapacidad para transmitir lo que eres y lo que haces. Es verdad que todos tenemos nuestra historia, nuestras creencias y nuestros sesgos culturales y una misma personalidad va a gustar más o menos, pero cuando ves que la mayoría de la gente te etiqueta de forma parecida, entonces debes tenerlo en cuenta y hacer ajustes… si lo consideras oportuno, nunca por caer mejor a costa de adulterar tu identidad.
El Branding Personal es la gestión consciente de la huella que queremos dejar. Supongo que no hace falta insistir en que esto no va de INVENTARSE sino de DESCUBRIRSE porque una Marca Personal debe ser auténtica. Y para saber quién eres, no basta con tener una única opinión sesgada, la tuya. También debes preguntar como te describirían a quienes te conocen, te sufren o te disfrutan.
Pero entonces ¿estoy hablando de etiquetas? si, así es. Nos guste o no, nos van a etiquetar y vamos a etiquetar. No se puede evitar, forma parte de la condición humana, supongo que por pura supervivencia. Lo importante es que la etiqueta que te cuelguen sea lo más parecida a lo que realmente eres.Y a partir de ahí, buscar el lugar en el que esa forma de ser encaje del mejor modo posible.
Pedir opinión da miedo, lo sé, pero no es muy distinto a lo que hacen las empresas cuando organizan un Panel de Consumidores o realizan una Investigación de Mercados. Como profesional YO S.L. también debes saber lo que tu entorno piensa de ti. Y a partir de ahí tomar las decisiones oportunas.
Pero ojo, aquí no estoy hablando de convertirte en alguien distinto o de crear un personaje sino de hacer ajustes que no afecten a tu identidad (no cuesta nada ser más amable o aprender a no decir que sí a todo) y si consideras que lo que eres no encaja con el lugar en el que estás o las personas con las que te relacionas, quizás haya que pensar en buscar otros sitios u otras personas.
NOTA:
Precisamente para hablar de «feedback» el día 6 de junio estaré en Zaragoza con un montón de buenos amigos en la presentación del libro Smart Feedback de Jane Rodríguez del Tronco , Rosa Rodríguez del Tronco y Noemí Vico García. Más información aquí.