Lo que no se ve de nuestro trabajo

Suelo repetir con frecuencia que, si quieres aprender a gestionar una Marca Personal, debes leer biografías o ver documentales sobre otras personas.

Un buen libro que narre de forma objetiva los aspectos que han hecho que alguien sea como llegó a ser, son algo así como el «como se hizo» del Branding Personal.

No me gusta utilizar ejemplos de gente famosa o popular, especialmente si ha adquirido esa notoriedad recientemente, porque lo que nos enseñan, lo que vemos, suele ser una mínima parte de su personalidad. Y, además, esta parte visible suele estar sesgada, seleccionada y tiende a potenciar algunos aspectos y ocultar otros.

Desgraciadamente, con las plataformas dospuntocero y las Redes Sociales, todos, en mayor o menor medida acabamos actuando igual y tendemos a crear una imagen basada en un puñado de elementos que, sin conocer más profundamente a la persona que hay detrás, pueden generar una imagen incompleta o distorsionada.

Ojo, con esto no estoy diciendo que lo que transmitamos sea falso sino que las ráfagas de nosotros mismos que otros ven de nosotros deja muchos huecos, muchas facetas desconocidas de lo que somos. Y como el ser humano tiene terror al vacío, acabamos llenando esos espacios de la vida de los demás basándonos en nuestras propias creencias y prejuicios.

Quizás por eso en Internet las relaciones sean tan complicadas o incluso tan peligrosas, porque tenemos tendencia a juzgar a los demás en función de un tuit, una foto o un puñado de frases en whatsapp.

Digo todo esto porque este fin de semana estuve viendo la película Borg McEnroe y, además de que me pareció una gran película y muy entretenida (aunque a mi no me gusta el tenis), creo que es una buena disección de algunos aspectos de la Marca Personal de los dos tenistas.

Lo que vemos de deportistas de alto nivel como estos sólo es el momento de éxito o fracaso, pero apenas sabemos nada de lo que ocurre detrás de las canchas o las ruedas de prensa. Y todavía menos tenemos una mínima idea de lo que pasa por sus cabezas.

Por ejemplo, una de las ideas que ha quedado fijada en la mente de una generación es que McEnroe era el de la mala leche y Borg el tipo frío. En la película vemos que lo que le ocurría a Borg es que le enseñaron a reprimir sus ataques de ira que estuvieron a punto de dejarle fuera de la competición cuando era muy joven por sus comportamientos antideportivos. Así que, en realidad no es que fuese frío, es que era una olla a presión.

Hay muchos detalles interesantes en la película como cuando Peter Fleming, compañero y compatriota de McEnroe le dice que aunque este gane muchos torneos (en la película todavía era joven) no sería recordado porque nadie querría tener como ejemplo a una persona como él. Eso tiene que ver con lo que suelo explicar sobre las 3Es de la diferenciación: Especialización, Estándares y Estilo.


Puedes haber elegido un área profesional, un nicho más reducido, Especialización. Puedes ser muy bueno en cuestiones objetivas y medibles, Estándares. Pero quizás lo que te haga sobresalir frente a otros profesionales como tu es el Estilo, es decir los elementos emocionales al relacionarte con los demás.

En el caso de Borg y McEnroe los dos son Especialistas y con Estándares elevados, pero en la faceta del Estilo no podían ser más diferentes… al menos en lo que mostraban.

Todo esto me hace pensar de nuevo en lo injusta que puede ser La Red cuando valoramos o etiquetamos a otras personas. Con muy poca información no sólo clasificamos a cualquiera de quien sólo conozcamos un perfil y poco más, sino que emitimos un veredicto implacable y lo hacemos público.

Cuando alguien, por ejemplo, escribe un comentario en una Red Social diciendo que eres un «antipático», o que «no sé quien se ha creído que es» por no contestar a todas y cada una de las peticiones que te envían, lo que refleja es algo más sobre quien hace la crítica que quien la recibe. Demuestra algo cada día más habitual en dospuntocerolandia, la falta de empatía y el «cuñadismo», es decir, opinar de todo y sobre todos sin conocer nada.

¿Acaso sabes si esa persona a la que consideras tan «estirada» se ha tirado tres días impartiendo talleres en diferentes lugares de España, con una conexión wifi inexistente y sin un minuto para respirar? ¿Has pensado que si le queda un día del fin de semana prefiere estar con su familia o leyendo un buen libro que contestar a tus dudas?

Y también ocurre en sentido contrario. Los «eres un crack» o «muy fan de» son tan injustos como lo anterior. Creo que deberíamos empezar a juzgar a las personas por el valor que proporcionan, por el resultado de su trabajo y aparcar las valoraciones más personales hasta tener un conocimiento mayor de sus circunstancias y su historia vital.

NOTA:

Aquí tienes el vídeo de esta semana de Street Personal Branding con Guillem Recolons en el que, en cierto modo, también se trata el tema de la relación entre la interactividad virtual y nuestra Marca Personal.


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