Hola, tengo 51 años y hago vídeos
Cada vez que aparece alguien en alguna película con alguna adicción, suele haber una escena en la que si va por primera vez a uno de esos grupos de ayuda y se presenta dice algo como: «hola me llamo Fulanito y hace tres meses que no tomo una copa».
Pues bien, cada vez que hago alguna cosa nueva que se sale de lo que se esperaría de alguien como yo (si es que eso tiene algún sentido) tengo la sensación de que debo dar explicaciones o, algo peor, pedir disculpas por salirme del estandar. Es el típico «hijo, pero no eres mayorcito para…».
Digo esto porque esa forma de pensar o de acatar la identidad que se supone que debes asumir, es una forma más o menos sutil de que otros o tu mismo termines modelando tu Marca Personal en función de lo que está establecido.
Si, grabo vídeos en la calle, me divierte mucho y además aprendo y me siento bien. Quizás no es lo que se espera de un «señor mayor», pero qué le vamos a hacer. Porque cuando yo tenía 15 años, alguien de 50 ya era un «señor mayor» que debía «comportarse».
Desgraciadamente tendemos a asumir identidades «aceptables» y descartar el resto. Esto puede ser muy peligroso cuando, por ejemplo, asumes que eres un PARADO o DEMASIADO JOVEN o POCO IMPORTANTE o simplemente NO MERECES ALGO. Digo que es muy peligroso porque lo que ocurre dentro de ti es lo que vas a transmitir al exterior, la huella que vas a dejar.
Si asumes la identidad de PARADO es como si directamente estuvieses anulando un montón de aspectos de tu identidad y te va a hacer comportarte como eso, como un profesional de segunda o tercera división cuando la realidad no es esa. Como suelo decir con frecuencia, alguien que no tiene empleo simplemente se ha quedado momentáneamente sin «cliente» y es tan buen (o mal) profesional como cuando lo tenía, por lo tanto debería asumir o más bien recuperar la identidad de PROFESIONAL.
Yo no soy psicólogo pero muchas veces he escuchado eso de que al final actúas como piensas o como te ves. Por lo tanto, si queremos que nos perciban como profesionales valiosos tendremos que empezar a creernos a nosotros mismos. Construir esa identidad sólida con la que vamos a comernos el mundo. Puestos a elegir, hagamos como en aquellos viejos juegos de rol y construyamos una identidad auténtica pero fuerte.
Si por tener 51 años siento que no tengo el derecho a hacer lo que haría alguien con 15, entonces estaría «capando» muchas facetas de mi Marca Personal. Evidentemente tendré que tener más cuidado si me da por empezar a practicar el patinaje en línea o pretendo unirme a la pandilla de amigos de mi hija. Pero salvo esos detalles, yo no voy a permitir que una identidad impuesta determine lo que voy a ser o a hacer.
No sé si a ti te ocurrirá lo mismo, pero siento que soy un adolescente en un cuerpo de señor mayor. Un millennial de la Generación X.
Y esto no afecta sólo a la edad sino al estatus social, a la inteligencia, a la experiencia, al aspecto, al género,… Con frecuencia, mis alumnos más jóvenes me dicen que ellos no pueden asistir a un evento de gente «importante» porque no son nadie. Y eso no es cierto. Todos somos alguien. Todos tenemos algo que aportar. O nos metemos eso en la cabeza o, al final, seguro que no somos nadie simplemente porque nos lo hemos acabado creyendo.
Te pongo otro ejemplo que me sucede a mi mismo a veces.
Yo me dirijo a audiencias de todo tipo. Unas son más de «traje y corbata» y otras más de camiseta de Nirvana. Y te confieso que en ambos casos siempre pienso que no voy a estar a su nivel, que no voy a poder conectar porque no «soy de ellos». Sin embargo, rebuscando en mi Palacio Mental, acabo encontrando recursos y razones para descubrir facetas de mi identidad que pueden encajar con la suya. No se trata de falsear lo que eres sino de rebuscar dentro de ti lo que mejor puede servir para conectar con otros.
Así que, si queremos dejar una huella profunda, no debemos asumir una identidad gris, sin aristas y todavía menos que esta esté impuesta por la cultura o el «sistema». Eso nos volvería individuos Marca Blanca. Tenemos el deber con nosotros mismos de seguir añadiendo elementos que consigan que lo que somos pueda encajar en el mayor número de situaciones posibles. Y por eso me seguiré divirtiendo haciendo vídeos, cayéndome cuando intento subirme a unos patines en línea y diciendo chorradas cuando me apetezca. Aunque tenga 80 años.
NOTA
El 21 de Junio a las 20:00 estaré hablando de mis errores en Salamanca en el FuckUp Nights por si te quieres pasar.