Tu pasado no define tu futuro

Hace unos días, al ver la maravillosa, genial, y sobre todo, emocionante, Bohemian Rhapsody, tuve la sensación de volver al pasado, al colegio. Recordé momentos geniales, absolutamente felices en los que la música de Queen formaba parte de mi vida… literalmente.

Recuerdo cuando, entre clase y clase, Jose Manuel Gutierrez, «el Guti», se sentaba encima de la mesa del profesor y empezaba a dar golpes en la madera y a cantar We will rock you a voz en grito y sin cortarse un pelo (que ahora no tiene, por cierto). Y era tan jodidamente emocionante que nadie, nunca, nos regañó. O cuando en el festival de villancicos de uno de aquellos años, no se nos ocurrió otra cosa que cantar Crazy Little Thing Called Love. O cuando quedábamos en casa de algún amigo y poníamos los vinilos a tope.

Son recuerdos como esos los que hacen que seamos lo que somos. El inconformismo, la necesidad de romper algunas reglas o simplemente perder el miedo al ridículo a la hora de dirigirme a un grupo de gente que creo que me definen hoy son sólo el resultado de todo aquello que fui ayer. Y por eso hay películas, músicas e imágenes que nos remueven por dentro. En este caso para bien.

También hay otras situaciones, que parecen anecdóticas o intrascendentes pero que de un modo sutil afectan a tus decisiones posteriores. Quizás como consecuencia de la película de Queen, recordé otro momento de aquellos años que, de forma inconsciente, me influyó bastante sin darme cuenta.

Me acordé de una presentación que debíamos hacer sobre la creación de un herbolario para la clase de biología. Aquello era bastante aburrido y, por otra parte, me confié y no lo preparé demasiado. Así que, el resultado fue bastante mediocre. El problema es que era un trabajo en grupo y a mis compañeros no les hizo demasiada gracia. Al final aquello no tuvo más consecuencias que pasar un mal rato.

Además de aquella, he hecho montones de presentaciones en el colegio y en la facultad, pero fue precisamente aquella la que, desde entonces y durante muchos años, me convenció de que eso de hablar en público o dirigirme a un grupo no era lo mío. No era vergüenza ni miedo sino la creencia firme de que aquello se me daba fatal.

Pero como la vida te lleva por donde le da la gana, cuando muchos años más tarde, las circunstancias me volvieron a poner delante de un grupo de gente (mucho más grande y más preparada que en el colegio) me di cuenta de que una situación del pasado no define tu futuro, ni mucho menos.

Te cuento todo esto porque constantemente me encuentro, incluso entre la gente más joven, a personas que ya han tirado la toalla por algún acontecimiento más o menos desagradable o no satisfactorio en algún momento de sus vidas. Y acaban extrapolándolo y llegando a la conclusión de que si XXX fue así entonces siempre ocurrirá de la misma manera.

Pero la Marca Personal que vas a dejar es algo que se desarrolla cada día. Lo importante no es asumir el pasado sino establecer objetivos y mirar hacia adelante. Hay que aprender de los errores, ser humilde, detectar lo que hay que mejorar y ponerse en marcha.


Si no te esfuerzas en desarrollar la Marca Personal que deseas, al final vas a acabar siendo una Marca Blanca de tu pasado. Vas a ser víctima de ti mismo… que ya es triste.

Lo que te propongo es que busques otros ejemplos de tu pasado para no depender de un único y obsesivo recuerdo. Pregunta a la gente que te conoce lo que opina sobre aquello que consideras que haces tan terriblemente mal. Identifica las causas por las que, en su momento, fallaste. Quizás dormiste mal. Posiblemente sentiste una presión especial por alguna razón. A lo mejor el tema te aburría soberanamente…

Y en el peor de los casos siempre podrás buscar alternativas. Si tu problema a la hora de hablar en público es… el público, a lo mejor podrías utilizar webinarios para contar lo que tengas que contar. Si lo que te hizo fallar es que no lo preparaste, pues ya sabes.

Lo que es muy triste es que esos errores que vamos cometiendo y acumulando a lo largo de nuestra vida, se conviertan en un lastre. Si te paralizas, la huella que vas a dejar va a estar entre inexistente y casi inapreciable.

Lo que ahora pienso es que cuando me subo a un escenario, me siento un poco Freddie. Gracias Queen.

NOTA:

El día 1 de Diciembre llega el gran evento de la Marca Personal. El Personal Branding Lab Day. Es «online», abierto y gratuito.

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Y esta semana, en Street Personal Branding hablamos con Carlos Miñana sobre la necesidad (o no) de obsesionarse con controlar los indicadores que nos dice como va nuestra Marca Personal en dospuntocerolandia.





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