(Casi) nadie está pendiente de ti

Iba a titular este post algo así como «a nadie le importan tus mierdas» pero he preferido poner un título más suave.

¿Por qué he cambiado el título? Porque me preocupa lo que pueda decir la gente… y eso que no soy de los que se anda con gilipolleces.

Y ahí está el problema. Reconozco que con cada libro que he publicado, con cada seguidor, con cada «eres un crack», me he vuelto más conservador.

Poco a poco vas dejando de hacer lo que crees que debes hacer para actuar en función, no de lo que esperan los demás, sino de lo que CREES que esperan los demás.

Y hay algo todavía más importante, ¿quiénes son LOS DEMÁS? ¿Cuántos son LOS DEMÁS? Me da la sensación que eso que tu consideras LOS DEMÁS no es más que la excusa que utilizas para no hacer lo que tienes que hacer.

Pienso que dospuntocerolandia ha complicado mucho la situación. Hasta hace dos o tres décadas, era más fácil experimentar, probar cosas nuevas, equivocarte o hacer alguna locura porque el efecto, la atracción o el rechazo que ibas a generar iba a tener unas consecuencias limitadas. En el peor de los casos, cambiabas de entorno y punto.

Hoy, todo lo que hagas o, peor aún, lo que hiciste, queda archivado. Así que, si en algún momento cambias de opinión, es probable que alguien te lo eche en cara.

Puede ocurrir que hayas conseguido ser conocido como alguien que, tras esas famosas 10.000 horas, llegues a hacer algo bien y, a partir de ahí te paralice el miedo a probar algo nuevo y que alguien te diga «vaya cagada lo de este/a tío/a con lo bueno que era en lo suyo».

Porque si hay una ley de esas que llaman inmutables en el mundo «irreal» de los Medios Sociales es que alguien te va a criticar. Alguien que posiblemente no haya pasado de espectador en toda su vida, te pondrá una única estrella en la valoración de algo que hayas hecho sin haberse parado a pensar en el tiempo que le has dedicado y las vueltas que le has dado.

Por eso creo que los más valientes no son los que hacen algo por primera vez sino los que, después de haber tenido éxito en algo, son capaces de empezar de cero y probar algo diferente.

Cuando creé mi primera página web o cuando empecé a escribir este blog hace unos 15 años, solía haber una verdadera conversación en Internet. No es que tuviésemos demasiado mérito, simplemente es que los blogs eran el principal (por no decir el único) canal de comunicación. Por otra parte creo que no había tanta obsesión por el SEO ni con trabajar para Google.


Nadie se preocupaba por los «Me gusta», ni por los seguidores, ni se le pasaba por la cabeza eso de ser «influencer». Simplemente hacías las cosas porque pensabas que era lo correcto y porque molaba.

Además, era un poco más complicado poner en marcha un sitio en Internet. Así que, había que tener una motivación mucho mayor para meterte en este lío.

Con la llegada de las Redes Sociales, y no te digo nada con el reinado de Instagram, es como si todo estuviese pensado para conseguir la aprobación de LOS DEMÁS. Lo que era un medio de comunicación y expresión se ha convertido en una fuente de estrés y ansiedad. Y esto afecta desde los críos en el colegio o en el instituto hasta los profesionales senior más curtidos.

La buena noticia es que creo que esa sensación de ser observado en La Red es ficticia y cada día lo es más. Me explico.

En realidad, estoy convencido de que ya casi nadie lee nada que tenga más de dos líneas y carezca de foto. Si has llegado a esta línea del post será un milagro. Los «likes», los «compartir» y los corazoncitos se han convertido en formas de decir a los demás que sigues ahí, no en una forma de valorar lo que se expresa.

Y eso es genial porque volvemos a ser libres. Cuando los números (seguidores, fans, etc.) de todo el mundo son grandes eso significa que nadie está pendiente de los demás, simplemente porque es materialmente imposible. Y cuando nadie está pendiente de lo que haces es cuando puedes volver a hacer lo que consideres oportuno o simplemente lo que te pida el cuerpo.

Así que, tranquilo/a, nadie te está observando. Tu, a tu puta bola.

NOTA:

En el vídeo de esta semana de Street Personal Branding, Claudio y yo hablamos de la conveniencia o no, de crear alianzas, de trabajar con socios, de hacer Co-Branding Personal.





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