Marketing Personal. Cuando llegue la pandemia virtual
Hace unos días hubo una caída de algunos sitios importantes de Internet debido a un problema de una empresa llamada Fastly. Durante unos minutos se extendió el pánico habitual en estas situaciones que, por otra parte, parece que se producen con cierta frecuencia.
Aunque no es extraño que de vez en cuando caiga Whatsapp, Instagram, Twitter u otras plataformas, eso no suele ser un problema excepto para algunos adictos a lo dospuntocero.
Pero, ¿y si un día cayese toda la infraestructura que sostiene Internet? Si, ya sé que parece absurdo y seguramente hay sistemas alternativos que evitan que eso se produzca y, si sucede, se pueda recuperar con rapidez. Aunque si nos dicen hace un par de años que tendríamos que estar encerrados en nuestras casas durante meses, seguramente tampoco lo habríamos creido.
Siempre he dicho que los que dicen que si no estás en Internet no existes son aquellos que sólo existen si están en Internet. Así que, aunque sea como ejercicio mental, podemos preguntarnos, ¿Cómo nos las apañaríamos con nuestra Estrategia Personal si no pudiésemos utilizar La Red?
Cuando nadie aparezca en la primera página de Google
En cierto modo esto está ocurriendo desde hace tiempo. No sólo es que no sea fácil aparecer en la primera página de Google, es que, como he comentado aquí varias veces, los resultados que da el buscador cada día dependen menos de la calidad o cantidad de contenidos publicados que de otros factores ajenos.
Así que, esa versión actual del Mito de Sísifo en el que cada día debemos llevar la piedra virtual a la cima de la montaña googlera, se hace cada día menos interesante.
Esa dosis diaria de «Me gustas», fotos compartidas, tuits para decir que sigues ahí o comentarios en Facebook para cumplir con tu cuota habitual digital, hace tiempo que dejaron de surtir efecto. Incluso un post como este pasará desapercibido excepto para los amigos habituales.
Así que, no hace falta una caída mundial de servidores porque el apagón ya existe para la inmensa mayoría de la gente, aunque quieras seguir pensando que un puñado de decenas, centenares o incluso miles de ¿seguidores? tienen interés en lo que te pase.
Internet no es un pajar, es un millón de pajares
En alguna ocasión hice un cálculo rápido sobre tu relevancia en una red como Facebook. Si asumimos que FB tiene unos 2.700 millones de usuarios o los 800 millones de LinkedIn, podemos compararlo con las viejas guías telefónicas.
En una ciudad grande, supongamos que una guía tuviese un millón de personas con tu teléfono en letra minúscula. Esa guía podía tener un grosor de unos 5 cm. Así que, si simplemente metiésemos el nombre y el enlace de unos 1.000 millones de usuarios de una Red Social como FB o LD, tendríamos una pila de 1.000 guías que alcanzarían 50 m de alto, el equivalente a un edificio de 20 plantas… y tu nombre estaría en una de esas páginas.
Así que, quizás, si te lo curras mucho, de forma consistente y durante mucho tiempo, puede que consigas algo más que esa línea con tu nombre y tu teléfono. Pero seguramente sólo te llamarán los de siempre, los que te tienen en su agenda.
Lo de la aguja en el pajar es un chiste cuando hablamos de Internet. Ojala fuese tan sencillo. Así que, en realidad, no necesitamos un apagón global para preocuparnos por que nos encuentren. En términos prácticos ya estamos apagados.
No te escondas tras una pantalla
¿Significa todo esto que no tiene sentido estar en Internet? De ninguna manera. Hay muchos efectos colaterales personales y profesionales beneficiosos que van desde el fortalecimiento de la disciplina al obligarte a escribir un blog como este, al aprendizaje derivado de tener que crear contenidos o al autoconocimiento al verte reflejado en lo que escribes o creas, ya sabes, aquello del «en mi cabeza sonaba fenomenal».
Internet sigue siendo un excelente escaparate, incluso puede llegar a convertirse en una tienda si consigues que alguien llegue a ti. Puede evitarte explicaciones porque lo que alguien pueda querer saber de ti, ya se lo estás contando desde tus plataformas digitales. Pero posiblemente sea más fácil guiar a tu sitio a quienes te han conocido en persona.
Lo que te digo es que igual que las guerras actuales no se hacen sólo con drones desde una sala oscura llena de pantallas como nos enseñan las películas. Tu éxito en el trabajo y en la vida no puede basarse sólo en lo que transmites desde tu «centro de operaciones» virtual.
Esto te lo dice un tipo introvertido que ha aprendido que las cosas suceden en el mundo real. Que si, que es cierto que dospuntocerolandia puede acelerar, acercar o activar personas, situaciones y oportunidades que antes eran impensables. Pero es en el cara a cara, al tocar papel o al atreverte a exponer tus ideas y a ti mismo frente a gente con cara y ojos en lugar de un objetivo digital, cuando se produce la magia.
Internet es un complemento, no tu recurso principal. Es un catalizador que va a acelerar algo que has puesto en marcha. Internet es un medio, no un fin. Internet es una herramienta, pero no es LA HERRAMIENTA.
No sé si algún día habrá un COVID digital que nos obligue a desenchufar el wifi y encerrarnos en nuestras casas virtuales, pero mientras tanto, podría ser interesante pensar en reducir la dospuntocerodependencia.