Dinero. Mil Euros son quince días
Quizás tu también te has dado cuenta, pero desde hace ya bastantes meses parece que han desaparecido esos mensajes buenistas y «flower power» en los que alguno decía que el dinero no era importante. Supongo que es fácil ponerse místico y desprendido cuando sabes que vas poder irte de vacaciones, cambiar de coche o ir a cenar cada fin de semana porque pasta no te va a faltar.
Hoy, cuando las cosas están bastante más complicadas y parece que la cosa no pinta demasiado bien para mucha gente, dar lecciones sobre lo poco importante o incluso materialista que es preocuparse por si llegarás a fin de mes, es algo entre poco empático y obsceno.
El dinero es importante, y tanto que lo es. Sin embargo, creo que a una generación como la mía no sólo no nos han preparado para gestionarlo y hacerlo crecer sino que nos han transmitido que es algo sucio, pecaminoso y desagradable… y así nos va. Creo que los anglosajones son mucho más prácticos para estas cosas.
El dinero compra tiempo
En mi primera etapa profesional, mis primeros quince años en los que trabajaba para grandes empresas, el dinero era algo de lo que apenas me preocupaba. Estaba soltero, era joven y ganaba un sueldo que, aunque no era para comprarme un apartamento en Manhattan, hoy sería una utopía para alguien de mi edad.
Cuando decidí que jamás volvería a buscar un empleo, las tornas cambiaron… muchísimo. De pronto, ese ingreso a final de mes, había desaparecido. Así que, lo que antes eran cuentas que iban creciendo, se transformaron en algo que poco a poco iba menguando.
En ese momento, mil Euros ya no era un viaje, un sofá nuevo o una televisión de tropecientas pulgadas sino unos cuantos días más de supervivencia de mi proyecto vital y profesional.
Cada Euro era (y sigue siendo) un minuto más de libertad, de independencia, de supervivencia. Cada ingreso me alejaba de la posibilidad de volver al cubículo y al tren de cercanías cada mañana. Así que, si, el dinero es importante y bueno.
El dinero quizás no da la felicidad, pero aleja la tristeza
Siempre he pensado que quienes dicen que el dinero no da la felicidad son aquellos que no saben lo que es estar sin dinero o no tienen más responsabilidades que las de sí mismos.
Creo que lo más jodido de montar un proyecto por tu cuenta es la incertidumbre de aportar lo necesario para que a los tuyos no les falte lo más básico. Afortunadamente mi familia, mi mujer y mi hija, siempre han entendido que estamos luchando por algo que nos permite tener más tiempo y disfrutarlo. Pero los momentos más tensos y complicados, pocos afortunadamente, siempre han estado relacionados con incertidumbres financieras.
Creo que cualquier relación, de amistad, de pareja, familiar, puede complicarse mucho si empieza a faltar el dinero o si el que entra no es el que se espera o desea. Hay que tener otro tipo de enlaces muy fuertes para que el maldito parné no lo joda todo.
No busques empleo, busca ingresos
Suelo repetir que las dos veces en que perdí un empleo, el primero y el último, mi gran preocupación no era conseguir otro, sino pagar las facturas. En la primera ocasión era joven y sin obligaciones, así que no me preocupaba demasiado. En el último, el 2004 mi mochila de responsabilidades era mucho más pesada.
Así que, lo que te quita el sueño, literalmente, no es conseguir entrevistas de trabajo sino encontrar el modo de que alguien pague por lo que eres capaz de ofrecer. De hecho, si consigues que alguien te remunere por solucionar sus problemas o conseguir una mejora, lo de menos es si lo haces por factura, o por nómina.
Sólo los voluntarios para experimentos sobre el sueño ganan dinero durmiendo
No me gustan términos y expresiones como lo de «libertad financiera» porque suelen estar asociados a otros como «ganar dinero mientras duermes» o «ingresos pasivos». El hecho es que a nadie le pagan por dormir o por permanecer pasivo, y esas ideas ocultan el trabajo previo que hay que realizar para poner en marcha proyectos que trabajen por ti.
Según la Wikipedia «La libertad financiera se puede definir como la capacidad de un individuo de cubrir todas sus necesidades económicas sin que para ello tenga que realizar ningún tipo de actividad». Cuanto daño ha hecho el puñetero Kiyosaki…
Lo que sí es cierto es que, te guste o no, el dinero te va a facilitar decir que no a aquello que no encaja con tus proyectos. Es muy fácil defender tus VALORES cuando no te estás jugando otros superiores. Es muy sencillo decir que hacer lo que te apasiona es fundamental para ti siempre que puedas permitirte el lujo de rechazar proyectos poco o nada «apasionantes» porque puedes pagar la hipoteca o el material escolar de los críos.
Así que, si. El dinero es necesario, importante, útil. Y debemos aprender a conseguirlo, gestionarlo y hacerlo crecer (yo el primero).
Quizás vuelvan tiempos de vacas gordas en los quienes, desde su superioridad moral (y sus cuentas en números negros), vengan a darnos lecciones sobre la irrelevancia de «lo material». Pero mientras tanto, nuestra preocupación será aprender a vender lo que hacemos para comprar nuestra libertad.