Riesgos. ¿Estás preparado para un apocalipsis profesional?

En las películas norteamericanas suelen aparecer algunos personajes típicos como ese vendedor de casas que se dedica a reconstruir en su garaje un Ford del 67 o el padre que acompaña a su hijo al partido de beisbol del domingo.

De vez en cuando, especialmente en las películas de acción o en las apocalípticas, también hay un personaje o un grupo que se prepara para el fin del mundo, una catástrofe financiera global o una guerra nuclear. Son los que se denominan supervivencialistas o «preppers».

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Lo curioso es que en alguna ocasión ha surgido este tema en algunas conversaciones con amigos o personas cercanas y más de uno me ha dicho que lleva tiempo haciendo preparativos. Están haciendo planes que van desde guardar comida o medicamentos hasta comprar un terreno en el campo para tener un sitio al que retirarse si las cosas se ponen feas.

No seré yo quien ridiculice a quienes están tomando algunas medidas por si ocurre algo porque creo que vivimos tiempos complicados.

Lo que sí me hace preguntarme es si estamos preparados para otro apocalipsis más frecuente y cercano. Me refiero a un desastre laboral o profesional.

En una Estrategia Personal hay que gestionar los riesgos

Como he dicho aquí muchas veces, una estrategia consiste en tomar decisiones, mover palancas para conseguir un resultado. Decisiones que abarcan muchos elementos, desde la visión o la propuesta de valor hasta la visibilidad, el aspecto o la innovación.

Uno de esos elementos que debemos tener en cuenta es la gestión de riesgos. Se trata de identificar lo que puede ocurrir, valorar las consecuencias y tomar las medidas oportunas si fuese necesario.

Creo que, profesionalmente, solemos preocuparnos poco de los riesgos a los que nos enfrentamos. Percibo que aquellos que tienen un empleo ¿fijo? son los que suelen meter la cabeza debajo del ala, los que prefieren no saber lo que puede ocurrir… hasta que ocurre.

Esto no significa que haya que estar constantemente echando currículos o buscando otros empleos. Simplemente se trata de hacer lo mismo que quienes guardan alimentos no perecederos en un trastero o se entrenan en técnicas de primeros auxilios. Me refiero a que es conveniente realizar un mantenimiento de tu capacidad de supervivencia profesional. Especialmente si hay señales que indican que puede haber problemas.


Lo que debes tener listo en tu refugio profesional

Creo que todo profesional, independientemente de su situación actual, debe mantener, como mínimo, una cierta visibilidad. Si, ya sé que no hay tiempo ni ganas, pero limitarse a tener una relación con el círculo habitual y más cercano implica que, el día en que eso falle, te habrás quedado colgando de la brocha. Hay que relacionarse, mostrar y demostrar lo que vales, decir «aquí estoy» en algunas plataformas y canales dospuntocero.

También hay que prepararse. Igual que en las películas aparece algún «prepper» enseñando a su hija de seis años a disparar a una lata oxidada en un bosque de Carolina del Norte, un profesional debe mantener actualizadas sus cualidades. Aprender, experimentar, desarrollar habilidades, adquirir hábitos,… Hay que llenar el almacén mental de cosas útiles para mantener la capacidad de generar ingresos. Ojo, aquí no hablo de mantener la empleabilidad porque eso implicaría que todo se reduce a cambiar un empleo por otro.

Debes saber con quién debes relacionarte. Es en los momentos tranquilos en los que hay que buscar aliados, colegas de confianza, personas en las que apoyarse y con las que colaborar.

Es necesario tener algo que ofrecer, alguna cosa con la que poder negociar. Si todo lo que puedes aportar es un título y/o X años de experiencia haciendo lo mismo, entonces es posible que lo tengas complicado. Pero si consigues que tu nombre se asocie a algo que merece la pena, entonces no deberías tener problema en conseguir algo a cambio.

Buscar la autosuficiencia

Creo que quienes hemos decidido convertirnos en Profesionales Libres, Autónomos o Independientes somos algo parecido a quienes cultivan su propia huerta, crían gallinas para tener huevos o generan su propia energía. No queremos que nuestra vida dependa de que alguien nos alimente a final de cada mes con una transferencia en un banco.

¿Es más duro? Sin duda. Pero por una parte estás más preparado para cuando se produzca un apagón laboral y, por otra parte, y no menos importante, tienes una sensación de libertad y realización que sólo puedes entender si lo has vivido.

No sé si se producirá un apocalipsis laboral, aunque para los más jóvenes y los más «senior» ya está ocurriendo algo que se le parece mucho. Quizás simplemente vivamos una larga decadencia. Lo que está claro es que conviene sentarse y valorar los riesgos y, si la cosa pinta mal, empezar hoy mismo a construir tu refugio profesional, acumular cualidades en tu almacén mental y establecer vínculos con quienes pueden acompañarte hasta que pase el «invierno laboral».

NOTA:

Si te interesa el Branding Personal, recuerda que este sábado tienes una cita en el que se ha convertido en el evento global más grande de este tema. Al menos en esto le damos unas cuantas vueltas a los yankees… y además estamos más unidos.

Participantes Personal Branding Lab Day 2021




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