Empleados. Un empleo no es un matrimonio (la otra parte)

En el post anterior comparaba un empleo con un matrimonio y me enfoqué en las dificultades que muchas organizaciones ponen a sus profesionales para desarrollar su Marca Personal.

Este enfoque generó un buen debate en LinkedIn en donde la mayoría pensaba que las empresas ponen todo tipo de trabas para que sus profesionales sean visibles y dejen huella.

Sin embargo hubo alguna persona que opinaba que la responsabilidad no es sólo de la empresa sino de los profesionales, de una gran mayoría de profesionales. Y tiene toda la razón.

El compromiso es mutuo

Si seguimos con la metáfora del matrimonio, podríamos decir que una parte de la pareja (la empresa en este caso) no tiene derecho a esconder a la otra media naranja (empleado) como si le perteneciese. Pero también podríamos decir que cuando estableces una relación, todos deben cumplir su parte.

Podríamos utilizar el tópico de esa persona que, una vez que se casa, deja de cuidarse o de cumplir con sus obligaciones. En el mundo empresarial eso sería equivalente a aquel profesional que, cuando consigue un contrato «indefinido» simplemente se deja llevar, no se actualiza y se limita a cumplir con lo que le piden… como mucho.

La Marca Personal se gestiona día a día. No es como un título que consigues y luego te olvidas. Si no la cuidas, empieza la decadencia, en el matrimonio y en el trabajo.

Por lo tanto, es injusto acusar a las empresas de no fomentar o incluso limitar la Marca Personal de sus profesionales cuando son estos los primeros que no tienen interés en generar un impacto más allá de lo que dice una «descripción del puesto».

La responsabilidad empieza por uno mismo

En un matrimonio es fácil acomodarse y dejarse llevar. El aburrimiento y el desinterés acaba con muchas parejas. Cuando estás esperando que sea el/la otro/a quien tome la iniciativa y quien organice planes para mantener viva la llama, es el principio del fin.

La Marca Personal se basa en la responsabilidad individual y en la toma de decisiones para solucionar, mejorar o cambiar las cosas de forma que generes un impacto.

Si un/a profesional por cuenta ajena está esperando que sean los de R2H2 u otra parte de la organización quienes decidan por el/ella, entonces todo empieza a fallar.


Si, es fácil quejarse porque no te han ofrecido una formación o, algo peor, porque te han metido en un curso que no te apetece nada. Pero si en lugar de esperar que otros decidan por tu, eres tú quien toma la iniciativa y pide lo que le interesa a «los de arriba» para reforzar su Marca Personal, entonces la cosa cambia.

Desgraciadamente lo que suelo ver en las empresas es que una gran parte de profesionales no quieren líos y creen que ya trabajan lo suficiente como para meterse en algo que les ofrece su empleador. Se comportan como esos niños que cogen una rabieta y son incapaces de ver que lo que les ofrecen también les beneficia a ellos.

Déjame de mierdas de Marca Personal

En el post anterior y en algunos comentarios en LinkedIn, hacíamos hincapié en las dificultades que ponen muchas empresas a sus profesionales para hacerse visibles. El miedo, la sensación de pérdida de control o incluso el temor de algunos directivos de que sus «subordinados» tengan más prestigio que ellos, favorece la creación de barreras a la visibilidad.

Lo que no se suele decir, pero me he encontrado constantemente, es que pocos profesionales por cuenta ajena tienen motivación, interés o razones para dedicar tiempo a su Marketing Personal.

Entiendo que después de pasarte muchas horas al día delante de un ordenador o relacionándote con clientes, proveedores y compañeros, lo último que te apetece es sentarte a escribir un post en un blog, ir a un evento a conocer gente, grabar un podcast o hablar de «lo tuyo» ante un grupo de personas.

Si, podemos echar la culpa a las empresas (la tienen) y utilizar la excusa de que no nos dejan (es cierto), pero he comprobado que sólo un 5-10% de profesionales está dispuesto a hacer ese esfuerzo extra que les permita dejar una Marca Personal más allá de su empleo.

Apoyar a la minoría que quiere dejar huella

Si aceptamos lo anterior, entonces podríamos decir que una forma de reforzar ese «matrimonio» es apoyar a aquellos profesionales que sienten esas «mariposas en el estómago».

Si las dos partes de la «pareja» tienen interés, entonces ambos saldrán beneficiados. Si desde R2H2 o desde la dirección se identifica a esa minoría que tiene ganas de mantener viva la llama por el otro y por ellos mismos y les da su apoyo, entonces ambos ganan.

Lo único que tendrían que hacer es fijar unas reglas de comportamiento por ambas partes y cumplirlas… como en toda relación. Si uno de los miembros es infiel, no hace aquello a lo que se ha comprometido o simplemente deja de aportar lo que le corresponde, pues se acabó lo que se daba. Pero si se esfuerza, hace lo posible para reforzar ese vínculo y cada día es mejor, entonces habrá que valorarlo y premiarlo.

En cualquier caso y como conclusión a estos dos posts, está claro que tanto por una parte como por otra, la Marca Personal es algo minoritario en las empresas a diferencia de otros ámbitos como el de los emprendedores, profesionales libres o personas con ganas de comerse el mundo.





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