Producto. ¿Cuánto necesitas para crear algo vendible?
Como tantos otros términos relacionados con los profesionales, la palabra EMPRENDEDOR se ha cargado de significados, ideas preconcebidas y asociada con mitos que la convierten en algo ajeno a la mayoría de las personas.
Frases como, «es que no todo el mundo puede emprender», «la mayoría de los emprendedores fracasan en unos pocos meses», «para emprender hacen falta muchos recursos», «es una mala idea animar a emprender a alguien que no encuentra empleo» surgen cada vez que alguien plantea alternativas a la generación de ingresos.
Mientras tanto, jóvenes y mayores que no encuentran un empleo siguen esperando una oportunidad laboral porque encontrar formas propias de generar ingresos se ha rodeado de prejuicios tan negativos como falsos.
Muchos de nuestros padres o incluso personas de mi generación (Boomers y X) siguen asociando buscarse la vida por tu cuenta con montar una empresa, crear una Sociedad Anónima, contratar empleados, realizar grandes inversiones, cumplimentar papeleos y burocracia infinita, buscar un local o crear estructuras complejas.
Sin embargo, se puede ser un/a Profesional Libre y ganarte la vida vendiendo lo que te hace valioso de una forma sorprendentemente sencilla y cumpliendo con todos los requisitos legales y administrativos.
Ya tienes lo necesario para crear algo vendible
Si tienes empleo ¿Por qué te están pagando? Si no tienes empleo ¿Por qué esperas que te paguen? Si eres capaz de responder a las preguntas anteriores ya habrás dado el primer paso para crear tu oferta.
Todo lo que sabes, todos tus títulos, todo lo que has aprendido, experimentado o aplicado tiene un valor que puede ser útil para un empleador. Pero sería un desperdicio enorme de valor limitarlo a un único cliente/empleador, especialmente si este no existe ni se le espera.
Por lo tanto, lo que deberías plantearte si no tienes empleo o si estás cansado del que estás desempeñando, es encontrar el modo de venderlo de otras formas o a otros «clientes».
¿Podrías convertir esas cualidades en algo que otros podrían comprar? ¿Podrías realizar ese trabajo desde tu casa (o desde donde quieras) ofreciendo tus servicios a varios clientes? Si la respuesta es Sí, ya tienes lo más importante para convertir tu valor en oferta.
Evidentemente no todo lo que ofrecemos es igual. Algunos trabajos quizás necesiten alguna infraestructura o recursos. Pero para esos que llamamos profesionales del conocimiento, lo principal ya lo tienes porque lo «llevas puesto», de serie.
¿Eso es emprender? Pues me da igual el término que utilices, pero si encuentras a alguien que te pague por lo que ofreces, ya estarás en buen camino.
El papeleo y las leyes
Impuestos, darse de alta como autónomo, estar cobrando el paro, Seguridad Social,… Uff, menudo follón. O no tanto.
Reconozco que algo tan básico como crear una factura se me «hacía bola» cuando trabajaba como empleado. Algo tan simple como eso me quitaba rápidamente las ganas de hacer algo por mi cuenta… hasta que no tuve más remedio que hacerlo.
Todas esas cosas burocráticas son mucho más sencillas de lo que piensas cuando no te has lanzado. Y aquellas que se te escapan, no te apetecen o te asustan, las puedes delegar a otros. Aunque hasta ahora me he apañado bastante bien por mi cuenta. Ah, y muy importante, haciéndolo todo legal.
Siempre hay formas de cumplir con las obligaciones fiscales y legales sea cual sea tu situación. Así que esta no debería ser una excusa para montar tu tenderete profesional y empezar a vender tu valor.
No eres empleado, emprendedor o desempleado, eres un/a profesional
¿Qué necesidad tienes de limitarte, encasillarte o etiquetarte? Empresario, Autónomo, Freelance, Empleado, Desempleado, Estudiante, Jubilado,… En el momento en que decides situarte en una de esas posiciones, estás dejando fuera otras opciones.
¿Acaso un estudiante no puede ganar dinero antes de terminar su formación? Muchos nos hemos buscado la vida para ganar dinerito con el que poder pasar un buen verano o simplemente no depender de los padres. ¿Por qué no podría profesionalizarse?
¿Es obligatorio que un profesional sin empleo/clientes deba estar esperando una oportunidad? No lo creo. Es más, creo que es precisamente en esa situación en la que es más necesario buscar fórmulas alternativas (que quizás acaben convirtiéndose en principales) de generar ingresos. Y si, hay formas legales de hacerlo.
¿Dónde está escrito que un profesional por cuenta ajena no pueda vender sus canciones, libros, asesorías o llevarse una comisión por recomendar productos ajenos fuera de su horario laboral y sin entrar en incompatibilidades con su empresa? Creo que esta opción no sólo es útil sino también necesaria en las circunstancias actuales.
Los efectos colaterales
Puede que muchos de los intentos de convertir tu valor en «producto», de monetizar tus cualidades no salgan adelante, pero lo más probable es que sólo hayas invertido tiempo. Y, en cualquier caso, cada prueba implica un aprendizaje que podrás aplicar en el siguiente intento.
Si, ahí podemos dar la razón a los agoreros que dicen que muchos proyectos emprendedores fracasan. Sin embargo, como lo que te estoy proponiendo no implica gastarte los dineros de la familia ni dedicarle los próximos diez años de tu vida, puedes seguir intentándolo. Hemos venido a jugar.
Tras cada intento te sentirás más seguro, habrás aprendido algo nuevo, conocido a alguien interesante y, más importante aún, te habrán conocido a ti y a tu valor.
No te estoy diciendo que te vayas a forrar (o puede que si), o que tus intentos vayan a ser fáciles y sin esfuerzo. Pero por el camino irás adquiriendo seguridad, sintiendo que hay vida más allá de la empleodependencia, aceptando que emprender no implica invertir cantidades obscenas de tiempo y dinero o descubriendo que es mucho más fácil de lo que pensabas.
Simplemente aplica el sentido común, tírate a la piscina (comprobando que hay agua), haz los ajustes necesarios y no te quedes con términos que dan miedo ni hagas caso a quienes han sido incapaces de poner nada en marcha y te aconsejan que tú tampoco lo hagas.