Miedo. La manía de adelantar acontecimientos

Una de las cosas que primero descubres cuando decides ir por libre es la tendencia de las personas que te rodean a convertirse en profetas.

Personas que jamás han probado nada nuevo, que incluso se resisten a elegir una nueva hamburguesa de McDonalds o Burger King porque se salen de su rutina, de pronto son capaces de adivinar tu futuro.

Cualquier idea que se salga de lo normal, de la rutina, se convierte en un follón, en algo a evitar y, algo peor, en una fuente de problemas con toda seguridad. Y así es muy difícil avanzar.


Los que, por vocación o por obligación hemos decidido arriesgar, tenemos que contar con que las personas que nos rodean y nos quieren, se van a comportar como Nostradamus domésticos. Si no tuviésemos bastante con todo lo que tenemos que decidir y ejecutar, también debemos dedicar una parte importante de nuestra energía a tranquilizar a tu entorno.

No todo va a salir bien

Si, ya parto de la base de que cada cosa que intentemos como emprendedores o profesionales libres tiene una posibilidad de salir mal. Pero eso ocurre con todo en la vida. ¿Acaso un profesional por cuenta ajena se puede considerar a salvo por no salirse de la rutina?

Está claro que intentar algo diferente tiene un margen de error, pero ahí está también el potencial beneficio. Si sale mal te dirán que ya te lo advirtieron y si sale bien, que has tenido suerte. Cuenta con ello. Pero hay que superar el miedo, sobre todo el ajeno, y lanzarse… especialmente cuando no te quedan demasiadas opciones.

Los efectos colaterales de superar el miedo

«Me han ocurrido cosas positivas que ni siquiera habría pensado» Esa es una frase que se repite cuando nos juntamos personas que hemos intentado probar cosas nuevas.

Igual que en la historia de la ciencia surgen descubrimientos «casuales», como profesional que arriesga, también te vas a encontrar con sorpresas agradables. Pero la palabra sorpresa ya implica que sucede algo inesperado porque has decidido hacer algo que se sale de la rutina.

Superar el miedo deja huella

Si, la dichosa Marca Personal. ¿Cómo esperas que te conozcan, te recuerden, te valoren y te elijan si siempre haces lo mismo?

Me dirás que suelo insistir mucho en la importancia de la confianza y la credibilidad para una marca, personal o de cualquier tipo, Y que si eres impredecible, esa consistencia se rompe. Pero no se trata de pasar de dócil a imprevisible, sino de incorporar el atrevimiento y un poco de locura a tu Estrategia Personal. Consiste en poner algo de sal y pimienta a tu proyecto profesional. Y para eso hay que superar el miedo al fracaso o a lo que puedan decir los demás.

Las profetas aficionados no suelen acertar

Llevas meses o años trabajando con algo que más o menos dominas. Has visto de todo. Has cometido errores y has encontrado formas de aumentar las opciones de éxito. Has desarrollado una intuición o un sexto sentido para saber que algo puede funcionar o no. Pero siempre vas a encontrarte con personas que acaban de enterarse de lo que haces y se sienten capacitados no sólo para aconsejarte sino para anunciarte todo lo que va a salir mal.

Hay pocas cosas que deteste más que esos que empiezan diciendo, «yo de esto no tengo ni idea, pero…» y ahí, de pronto, se sienten capacitados para anunciarte todos los males que te van a suceder.

Pero tranquilo, seguro que las cosas no van a ser exactamente como lo tienes planeado, incluso van a surgir problemas que nadie había previsto. Lo que está claro es que si fuese por esos expertos que no saben nada, no moverías un dedo.

No sufras por nada

Si, puede que los planes no salgan bien o si. Lo que no tiene sentido es que sufras el doble o el triple por visualizar el fracaso antes de tiempo.

Por ejemplo, a mi me da miedo volar. Suele decirse que es un problema habitual de los que tenemos tendencia a controlarlo todo.

Me imagino todo tipo de accidentes horribles que darían para una temporada entera de Catástrofes Aéreas. ¿Qué ha ocurrido? Pues que la inmensa mayoría de los vuelos que he realizado no sólo han sido normales sino bastante agradables. Pero mientras tanto, los días anteriores estás con el alma en vilo pensando todo tipo de desgracias. Pues así con todo.

Prueba, crea una red de seguridad para limitar los riesgos, tranquiliza a tu entorno, busca alternativas si se producen problemas,… pero no dejes que el miedo (propio o ajeno) te paralice. Deja de vivir en un futuro terrible y disfruta el presente pensando en lo que vas a intentar mañana.

Déjame que sea yo quien te haga una profecía ahora. Si no te atreves a hacer lo que te pide el cuerpo, te anuncio que te perderás cosas increíbles.





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