Profesionales Libres. La visión dinámica de la vida

Cuando me junto con amigos o familiares es cuando me doy cuenta de que soy el único que ha decidido ir por libre. Bueno, realmente la decisión que me llevó a no volver a trabajar como «cuentajenado» la tomó otro hace diecinueve años, pero yo la asumí con gusto. Y aquí seguimos.

Como te decía, en esas ocasiones en las que yo soy el bicho raro, se producen algunos fenómenos interesantes. Te cuento algunos.

La jubilación

Cuando en esas reuniones o quedadas nos vemos amigos de toda la vida, significa que la jubilación debería producirse para la mayoría de ellos dentro de una década aproximadamente. Alguno incluso ya está prejubilado.

Hablan de jubilarse con una mezcla de preocupación por lo que les puede «quedar» de pensión y de esperanza para poder dedicarse, por fin, a lo que les apetece.

En esos momentos yo casi me retiro y me callo la boca porque lo que puedo decir siempre les parece extraño, como algo que no va con ellos.

De hecho, percibo que me miran y me tratan con una cierta condescendencia y compasión porque piensan que mi futuro es más incierto. Como si a estas alturas alguien pudiese decir que tendrá la pensión asegurada.

Lo cierto es que a mi no me preocupa demasiado lo que pueda cobrar cuando me jubile porque no tengo intención ni obsesión por dejar de hacer lo que estoy haciendo. No estoy deseando llegar a los 65 para que se me caiga el bolígrafo o apagar el ordenador. Todo lo contrario, lo que me preocupa es no tener más tiempo para seguir haciendo cosas.

Y eso lo conecta con su otra preocupación, la de dedicarse «por fin» a lo que les gusta. Yo ya no les digo nada, pero es que yo ya estoy haciendo eso desde los 37. En ese sentido es como si me hubiese jubilado hace casi veinte años.

Si, ya sé que eso de trabajar en lo que te gusta es casi un mito, pero se puede intentar.

Visión estática o dinámica de la vida

Otra gran diferencia entre los Profesionales Libres y el resto es la forma de ver el futuro y los problemas, los inconvenientes y los imponderables que surgen en un trayectoria de trabajo o de vida.


Para un Profesional Libre, el mundo es algo cambiante, así que siempre asumimos que lo que hoy funciona, mañana puede que no. O que un proyecto puede fallar o incluso no arrancar jamás. Y no pasa nada. Bueno, si pasa, que inmediatamente vemos formas de cambiar, mejorar, modificar o abandonar para pasar al siguiente. Funcionamos de un modo muy dinámico.

Para un Profesional «cuentajenado», un empleado o un funcionario. La vida es mucho más estática. Y quizás eso es lo que les gusta, la predictibilidad, la falta de sorpresas (siempre las hay), el intento inútil de eliminar el riesgo, la nómina a fin de mes y la paga de verano y Navidad.

Por eso percibo que esos amigos y familiares sufren (mucho más que yo) cuando piensan en mi trabajo. Lo que piensan es que si un día algún proyecto no sale como se esperaba (como suele ocurrir) todo se acaba. Sin embargo, desde mi punto de vista, eso sólo significa que hay que hacer cambios o empezar nuevos proyectos. Lo que para ellos es una desgracia, para un Profesional Libre es estimulante.

Conozco personas cercanas que llevan años sufriendo en un trabajo que detestan y que les quita la salud, pero que siguen ahí porque perderían indemnizaciones y finiquitos que pueden ser importantes. Y lo entiendo, pero ¿Qué clase de vida es esa? por eso es importante tomar medidas mucho antes de que eso suceda. Ah, y no poner todos los huevos en una misma cesta, no ser monocliente.

Creas tus planes o trabajas para los de otros

Soy una de esas personas a las que les gusta tener un cierto control de las cosas. Alguien me dijo que por eso me asusta volar, porque pongo mi vida en manos de otros.

Odio que me digan lo que tengo que hacer, incluso que me den consejos… aunque sean útiles. Pero eso es algo muy personal y otros pueden tener un punto de vista distinto.

Creo que un Profesional Libre prefiere decidir por sí mismo, aunque se equivoque. Muchos amigos me dicen que debería hacer esto o lo otro, pero son incapaces de entender (o yo soy incapaz de explicar) que mi visión de un proyecto o de una idea es completamente diferente a lo que ellos perciben.

A veces, lo más complicado de hacer entender a los profesionales estáticos no son los métodos sino los valores. Si decides no hacer algo que ha demostrado su utilidad quizás es porque hay algo que no encaja con tus prioridades, tus gustos o tu personalidad, aunque sepas que funciona. Y por eso buscas formas de hacerlo que encajen con la persona que eres.

Un Profesional Libre no quiere una vida IKEA, sino una vida LEGO. No se conforma con montar un futuro prefabricado. Prefiere coger ladrillos más pequeños, que se pueden recombinar y ampliar, incluso destruir para reconstruir. O incluso una vida de artesano en la que las piezas te las creas tú mismo.

Creo que el futuro es de los Profesionales Libres, es decir, aquellos que venden su trabajo a quienes quieran comprarlo, independientemente de que lo hagas como empleado, empresario, emprendedor o «freelance». Pero todavía queda mucho por cambiar en la mentalidad de la mayoría de la gente.





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