Competidores. Es que hay mucha gente haciendo lo mismo

¿Te has pasado por una librería últimamente? ¿Has entrado en NETFLIX, Spotify o Amazon a ver o comprar algo? ¿Has ido de compras un fin de semana a un centro comercial? Si lo has hecho, seguramente te habrás dado cuenta de que hay de todo, mucho y de todo tipo. Te guste o no, esto es lo que nos ha tocado vivir.

Profesionalmente ocurre algo parecido, pero además, a diferencia de lo que ocurría hace dos o tres décadas, ya no te limitas a competir con los de tu «pueblo» sino que te enfrentas a un mercado global. Eso tiene un lado negativo y es que «hay gente pa to» y otro positivo, que tu mercado no tiene límites.

Lo que no puede ser una razón para no hacer nada es pensar que hay mucha competencia. Pues claro. Siempre ha sido así. Desde que tratabas de conquistar a esa persona que te gustaba, hasta ganar ese concurso de carteles para las fiestas de tu barrio o conseguir tu primer empleo o cliente. Lo que está claro es que, aunque hay mucha competencia, también hay muchas oportunidades y opciones si trabajas y tienes una Estrategia Personal.

Emprendedores y pusilánimes

Tengo la suerte de trabajar con muchos emprendedores, con muchos inconscientes que, como yo, ni nos planteamos que algo no sea posible. Así que, como no sabíamos que algo era imposible, lo hicimos o casi.

Si antes de empezar a hacer algo, ya te estás planteando que hay mucha competencia, que todo está inventado y que no eres nadie para conseguir algo, es que o no tienes muchas ganas o no te has parado a pensar como resolver esas «pequeñas» barreras.

Creo que hay emprendedores, personas que se van a poner en marcha pase lo que pase y sin pensar demasiado en las consecuencias. Pero también hay paralizadores, pusilánimes que van encontrar una pega a cada idea o iniciativa.

Claro que hacen falta personas con mentalidad crítica porque a los emprendedores se nos va la olla y necesitamos que nos paren un poco. Pero lo que no necesitamos son jueces que castiguen cada idea loca o no.

Los competidores están ahí, pero no tienen por qué ser negativos. Te animan a mejorar, te enseñan lo que funciona y lo que no, se pueden convertir en aliados, te obligan a abrir nuevos caminos. Lo que nunca debe ser la competencia es una excusa para no moverte.


Todo está inventado

Me hacen gracia quienes se empeñan en ocultar sus ideas «geniales» para que no se las copien. Lo que no entienden es que todo está inventado y, si no, van a tardar entre cero y nada en copiarte esa ocurrencia única en cuanto la saques.

Lo importante no es «inventar la pólvora», no se trata de que cada uno de nosotros haga algo completamente distinto y singular. Eso es agotador a la par que inútil. Hay demasiada obsesión con eso de que somos únicos. Y lo somos, pero lo que hacemos no lo es tanto.

Lo que sí podemos intentar es hacer algo mejor, más rápido, más barato, más bonito o más cercano. Todo se puede modificar. Siempre se puede añadir, aumentar, eliminar, combinar, visibilizar o cualquier otro verbo que consiga que lo que haces tenga un elemento diferenciador con respecto a la competencia.

No se trata de ser el líder mundial en lo tuyo (aunque podrías serlo), sino simplemente destacar sobre aquellos que estén tratando de ocupar tu lugar en un territorio, sector o materia.

Como hay competencia, no compito

Hay una idea buenista que se opone a competir. «Oh, no, a mi no me gusta eso de considerar a otros como competencia» y cosas parecidas. Es como si eso te hiciese mejor persona. Afortunadamente el ser humano ha progresado porque siempre ha habido alguien tratando de hacer las cosas mejor que los demás.

Competir no implica convertirte en alguien desagradable o violento. De hecho, muchos de mis mejores amigos compiten profesionalmente conmigo. Creo que si ellos no hubiesen existido, yo sería mucho peor.

Puede haber muchas razones para no ponerte en marcha, pero la competencia no debería ser una de ellas. Si hay alguien muy grande en tu sector, pues aprovecha tu minúsculo tamaño. Si hay alguien más guapo, pues saca tu mejor sentido del humor. Si hay alguien más joven, pues saca tu experiencia.

Y si, hay mucha gente en lo tuyo (o no tanta como supones), pero ¿Cuántos están mostrando lo que hacen? ¿Cuántos llevan años haciendo lo mismo? ¿Cuántos se han confiado y han dejado de preocuparse por sus clientes/amigos/familia?

La competencia puede ser una variable de la Estrategia Personal, pero ni es la única, ni debería paralizarte, más bien al contrario.





Compartir esta publicacion