Producto. Antes de destruir, construye

Este próximo domingo iremos a votar. Cada cual tendrá sus ideas sobre aquellos candidatos que consideran mejores o peores. Lo que me llama la atención es una extraña tendencia en los últimos tiempos. Me refiero a la obsesión por destruir, eliminar, prohibir, censurar o derribar.

Creo que hay algo fundamental que ha cambiado al pasar del siglo pasado a este.

La parte final del sXX, que es la que yo he conocido, se caracterizaba por dibujar un futuro esperanzador. Constantemente surgían ideas, herramientas y tecnologías que nos hacían ilusionarnos y participar en esa visión optimista.

Al pasar de siglo todo se torció. Quizás empezó con aquello del Efecto 2000 y a partir de ahí, todo fue a peor. Lo malo no es que haya habido problemas (crisis financieras, pandemia, atentados,…) porque siempre los hay. Lo terrible es la tendencia al pesimismo que se ha insertado en mucha gente.

Así que, no es extraño esa sensación entre los más jóvenes de que no merece la pena luchar si no hay futuro.

Pero volviendo al tema de las elecciones, hay algo que parece que ayuda a agravar el problema. Me refiero a la tendencia de algunos partidos políticos de acabar con todo, de destruir lo existente, de recortar libertades y todo eso sin haber creado nada mejor que los sustituya.

No te elijo para que me quites lo que tengo

Me da igual que hablemos de políticos, de empresas o de profesionales. Si te tengo en cuenta y te elijo no es para que me compliques más la vida sino para que me la simplifiques o mejores.

Es parecido a aquello de «Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio: no lo digas.» Si no vas a aportar más que destrucción, mejor déjalo como está.

Como profesional serás atractivo e interesante siempre y cuando vengas con algo que aportar, con una propuesta, o algo mejor, con algo concreto debajo del brazo. Quejarte porque todo lo anterior está mal, porque lo que no has hecho tú no tiene valor o porque todos los que estuvieron antes eran unos inútiles, es algo que tendría que hacer pensar a quienes quieres que te elijan.

La humanidad se ha desarrollado sobre los cimientos de los que llegaron antes y cuando alguien llega y dice que hay que eliminar todo lo que, mejor o peor, funciona, hay que sospechar.


Los odiadores tienen seguidores, pero pocos clientes

Si me sigues desde hace tiempo te habrás dado cuenta de que soy bastante contreras. Me gusta llevar la contraria, especialmente cuando todo el mundo piensa de un mismo modo.

Aunque me he moderado bastante, ha habido momentos en los que he sido muy crítico, incluso cruel, con algunas ideas, tendencias y hasta personas (afortunadamente muy pocas). ¿Sabes qué efecto produce eso? Pues que vas a atraer a gente que piensa como tú, que también considera que tus ataques son acertados, especialmente si aquello que descalificas es algo que parece que mucha gente detesta también.

Eso genera palmaditas en la espalda, frases del tipo «menos mal que alguien lo dice», «estoy totalmente de acuerdo contigo», etc. Pero esos «me gusta» se quedan ahí por una sencilla razón, porque no hay propuestas, sólo destrucción.

Si quieres que te elijan, te contraten, te paguen o te voten debes responder a una pregunta sencilla, ¿Y?

Vale, acabemos con todo lo que ha costado tanto crear, monumentos, infraestructuras, sistemas, leyes,… ¿Y? ¿Qué vas a hacer si no tienes nada para sustituirlo? y algo peor, ni siquiera sabes si funciona porque en tu cabeza o en tu ideología suena muy bien, pero nunca se ha probado o incluso lleva décadas probándose y fracasando una y otra vez.

Piensa si como político, como profesional o simplemente como persona consigues atraer a otros porque odian lo mismo que tu o porque consideran que tus propuestas son constructivas y valiosas.

Pensamiento negativo o es pensamiento destructivo

Suelo decir que no me gusta todo eso del pensamiento positivo porque creo que debilita. Creo que la actitud positiva no tiene que ver con pensar que todo va a ir bien sólo con desearlo sino con tu forma de enfrentarte a los problemas.

El pensamiento negativo, por entendernos, identifica cosas que van mal o que se pueden mejorar para, inmediatamente después ponerte manos a la obra.

Eso no tiene nada que ver con identificar cosas que están mal, o peor aún, que no te gustan, con la intención de acabar con ellas, sin más.

Creo que un profesional, un directivo, un político que llegue a un puesto o un cargo con la intención de arrasarlo todo es lo más peligroso del mundo. Ese tipo de personas me transmite poco respeto por todo lo que otros hicieron antes, inmadurez y adanismo por considerar que hasta que ellos llegaron nada ha funcionado y una carencia absoluta de valor porque normalmente sus propuestas, o no existen o seguramente son mucho peores que lo existente.

Así que, tanto si vas a dedicarte a los negocios, a la política o a crear una familia, preocúpate más por lo que vas a crear, mejorar o aumentar que por lo que vas a destruir, prohibir o censurar.





Compartir esta publicacion