Tribus. Dime con quién andas

Cuando se habla de Marca Personal hay un aspecto que no se suele tener muy en cuenta, pero que tiene su influencia. Me refiero a lo que yo denomino TRIBUS y que se refiere a aquellos con los que nos juntamos y con los que nos asocian.

Si eres un alto directivo en una gran empresa, pero los fines de semana te pones tu chupa de cuero, te vas con tus colegas moteros y lo muestras en tus redes, estás lanzando un mensaje. Eres más moderno, un rebelde, un ejecutivo entre semana y un tipo enrollado en tus momentos de ocio.

Puedes juntarte con frikis de La guerra de las galaxias, con aficionados al pádel o con voluntarios en actividades solidarias. Cada uno de esos grupos está reforzando tu identidad.

Coger algo de la esencia de los otros

En redes es muy habitual compartir las fotos que nos hacemos con aquellos con los que realizamos algunas actividades, asistimos a eventos o nos juntamos para pasar un buen rato. Esas imágenes pueden tener más impacto que una línea en un currículo. Especialmente si se utilizan con frecuencia.

Si esa persona con la que aparecemos en una foto es alguien «importante» en tu sector, entonces es como si estuviésemos absorbiendo algo de su carisma o de su relevancia. Está relacionado con lo que los psicólogos denominan Efecto halo. Deducimos que si esa persona está con un grupo de gente reconocida y reconocible, entonces algo tendrá, por algo será.

Es el clásico, «dime con quién andas y te diré quien eres». Por eso hay ciertas profesiones en las que «debes estar» en determinados sitios y realizar ciertas actividades… y contarlo, por supuesto.

No es sólo para famosos

Desde que empecé a trabajar en empresas y hasta que me convertí en Profesional Libre, vi como rápidamente se establece una jerarquía, una especie de clases sociales en el ecosistema de las organizaciones.


No me refiero al organigrama o a los cargos que aparecen en las tarjetas de visita, es algo más sutil, pero posiblemente mucho más efectivo. Se trata del lugar en el que se coloca cada cual.

En las empresas ves como hay personas que, al poco tiempo de entrar, saben colocarse. Se relacionan bien con los que mandan y pronto forman parte de la tribu de los influyentes.

Hay otros que prefieren juntarse con colegas menos importantes, pero con los que se lo pasa bien, van a comer juntos al bar de al lado o quedan los domingos por la mañana a echar un partido de futbito.

Quizás ambos están igual de cualificados, pero uno de ellos tendrá una progresión más rápida que el otro.

Tu tribu forma parte de tu envoltorio

Sé que esto suena fatal, pero en mi modelo de Estrategia Personal, el factor TRIBU lo incluí, desde el primer momento, en el grupo de cuestiones relacionadas con la Presencia, es decir, con todo lo relacionado con la imagen como el Aspecto, las fotos o los vídeos que compartimos, los documentos de presentación como el currículo o el «portfolio» o los colores, las fuentes o los logos que ponemos en nuestras plataformas de Internet.

La mayoría ni nos planteamos con quien vamos porque nos juntamos con quienes nos apetece. Pero hay personas que se empeña en estar con quién más le conviene para alcanzar sus objetivos. No me refiero a lo que puedan obtener de ellos (contactos, financiación, información,…) sino al efecto que el prestigio de otros pueden tener en ellos.

En muchas películas hemos visto personajes que consiguen medrar por estar con quien les conviene. Aunque también hemos visto como su vida queda asociada con aquellos y si ese grupo cae en desgracia y no ha saltado a otro con tiempo suficiente, puede verse arrastrado con ellos.

Como te digo, este es un asunto que puede sonar raro o manipulador, pero no por ello deja de existir. Creo que muchos lo hemos vivido, sufrido y quizás algunos, disfrutado. Lo importante es saber que tiene su influencia en tu Estrategia Personal y hay que saber manejarlo.


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