Internet, mucho más que Redes Sociales

Si hoy preguntas, especialmente a los más jóvenes, sobre Internet, es muy probable que lo reduzcan a las Redes Sociales. Incluso puede que todavía lo simplifiquen más y se queden con Instagram y YouTube.

Pero esta idea no se limita a los adolescentes o a los estudiantes, también entre los profesionales ha calado la idea de que estar en La Red es tener un perfil en LinkedIn y, quizás, pasarse de vez en cuando por Twitter y Facebook.

Esta mañana me acordaba de la primera vez que me conecté a Internet en el 1995 con un modem de 9600. Hace casi 25 años. Aquello iba a patadas, se cortaba cada dos por tres, no había casi nada que ver y, por supuesto, no existía Google ni tampoco Yahoo. Pero era apasionante y excitante. Tenías la sensación de estar viendo algo alucinante.

Luego vino Infovía, empezaron a aparecer contenidos más o menos interesantes y también algunas herramientas y plataformas para compartir tus ideas. Lo dospuntocero ni estaba ni se le esperaba hasta mucho, mucho más tarde. Y, en mi opinión ahí es cuando todo empezó a torcerse.

Tras los blogs, la decadencia

Creo que la edad de oro de Internet se produjo en la primera década de este siglo. Fueron aquellos años en los que muchos tuvimos la oportunidad de empezar a participar aportando contenidos sin ser unos «frikis» de la tecnología. Ese fue el momento en el que realmente La Red abrió las puertas a las ideas sin censura. Y el propio sistema se encargaba de ordenar lo interesante de lo irrelevante. Sin «me gusta», ni #, ni corazoncitos ni leches.

Pero creo que, cuando llegaron las Redes Sociales, se jodió todo.

Cuando el máximo esfuerzo es mover el pulgar

Crear y, sobre todo, publicar un blog requiere un esfuerzo. Leerlo también. Pero las Redes Sociales eliminaron gran parte del trabajo. Hasta llegar al culmen de la simplificación con Instagram.

Ojo, no digo que las Redes Sociales no sean divertidas. Y si, seguro que has conocido a gente. Aunque de conocido a amigo hay un largo trecho. Lo que trato de transmitir es que, al final, desgraciadamente en mi opinión, estamos reduciendo Internet a ser «social» cuando hay mucho más que rascar.

Podrás decirme, «si, Andrés, pero yo he encontrado cosas y personas interesantes» y no lo dudo. La cuestión es ¿a qué coste? ¿Cuántas horas te has pasado hasta encontrar algo «interesante»? ¿No tiene más sentido BUSCAR una información concreta en los sitios correctos que esperar ENCONTRAR algo/alguien «interesante» fuera de contexto?

Quizás algo de lo que encuentres en las Redes Sociales te dé para una conversación de amigos el domingo mientras te tomas el vermut, pero poco más. La chicha está en otros sitios.

Yo no quiero ser «social»

Soy una persona introvertida, ya lo he dicho aquí muchas veces. Así que lo de ser social por decreto, me fastidia bastante. Si no te comportas como dicen las reglas de urbanidad dospuntocero vas a ser un apestado.


Es curioso que hablar de modales y de buen comportamiento en el mundo real sea visto como algo «casposo» mientras que se hayan multiplicado hasta el aburrimiento las reglas que debemos seguir en los Medios Sociales para no ser descalificado.

Y la verdad es que ya estoy cansado de ser «social». Se que queda fatal pero es así. Lo único que me entristece es no haber sido más valiente mucho antes.

¿Significa eso que ya no voy a acercarme a Internet? De ninguna manera. Eso sería como aceptar que sólo las Redes Sociales son Internet y viceversa.

Exprimir La Red

Si, me pasaré por las Redes Sociales, más que nada porque parte de mi trabajo consiste en entenderlas. Pero lo que a mi me apasiona encanta de todo esto es lo que descubrí en aquellos años a mediados de los 90.

Quiero volver a sentir la emoción de descubrir cosas REALMENTE útiles e interesantes de gente «rara» en lugar de ver frases motivadoras por todos lados.

Quiero explicar las cosas que me apetece y a mi modo sin fijarme (aunque siempre me ha preocupado entre poco y nada) en los datos, los seguidores y los «me gusta».

Internet está incluido en el Módulo de Promoción.

Quiero escribir en mi blog con el espíritu con el que lo creé, el de plasmar mis ideas para mi mismo y, si tu te sientes identificado con ellas, pues también para ti. Pero no voy a dedicarme a ver en Analytics ni en ningún otro sitio qué es lo que tiene más visitas para seguir dando la lata con el mismo tema.

Quiero utilizar herramientas de pago, plataformas de formación, fuentes de conocimiento minoritarias. Quiero encontrar personas con las que conectar pero haciendo una labor de pesca con caña no de echar la red a La Red a ver que saco.

En La Red muestro mi trabajo, yo sólo soy un medio

Yo no soy social. Se puede dejar huella, Marca Personal, sin estar todo el día subiendo fotos de «morritos» al Instagram. Es más, creo que cuando reduces tu actividad a dos o tres Redes Sociales y tus mensajes giran alrededor de ti, el impacto que generas es más bien escaso.

Lo que he buscado siempre en Internet es otra cosa (aunque me he llegado a olvidar durante un tiempo). Lo «social» ha conseguido que demos más importancia a sentirnos (falsamente) queridos que a sentirnos útiles. Por eso creo que si alguien me dijese «eres un gilipollas, pero no te puedes hacer una idea de lo que me gusta y me sirve lo que haces», podría sentirme muy satisfecho.





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