Producto, el dichoso VALOR

«Debes aportar VALOR», «¿Cuál es tu Propuesta de VALOR?», «Detrás de una Marca Personal debe haber algo de VALOR». Seguro que has escuchado o leído alguna frase parecida a las anteriores.

Sin embargo, en un mundo de conceptos etéreos como «Actitud», «Talento» o «Zona de Confort», el VALOR, que es algo muy concreto parece que no se entiende demasiado bien.

¿Qué gano yo contigo?

La RAE da varias definiciones, las dos primeras son estas:

m. Grado de utilidad o aptitud de las cosas para satisfacer las necesidades o proporcionar bienestar o deleite.


m. Cualidad de las cosas, en virtud de la cual se da por poseerlas cierta suma de dinero o equivalente.RAE

Para mí está muy claro el significado de VALOR.

Es aquello que haces u ofreces y por lo que alguien te va a pagar, remunerar o recompensar de alguna manera material o inmaterial.

O dicho de otra manera, es la respuesta a

¿Por qué debería pagarte/seguirte/quererte?

Si no tienes una respuesta clara a esa pregunta, entonces no tienes una propuesta de valor. Quizás eres valioso, si, pero, al no ser capaz de especificarlo de una forma clara, es difícil saber por qué elegirte/contratarte/quererte.

Un título/cargo no es una Propuesta de Valor

Cuando pregunto «y tú ¿qué me ofreces?», las respuestas que suelo recibir van, en su mayoría, a explicarme el Currículo, contarme lo que hacen en su trabajo o incluso describirme lo que les gusta o sus intereses en la vida.

El problema de todo lo anterior es que nada de eso me deja claro de qué modo me voy a beneficiar yo (o cualquiera) al elegirles entre otras opciones.

Hay que ir un paso más allá y explicar claramente lo que tú puedes hacer con esa Experiencia/Conocimientos, Habilidades o Intereses.

Lo que hay que explicar sin ningún género de dudas es lo que puedes aumentar (cosas buenas), reducir (cosas malas), mejorar o crear.

  • ¿Vas a mejorar un proceso de producción?
  • ¿Eres capaz de hacerme ganar más dinero o ahorrarlo?
  • ¿Vas a construir, fabricar o diseñar algo que necesito?
  • ¿Vas a aumentar mi autoestima o mi felicidad?

Eso es lo que queremos saber cuando buscamos a alguien o algo. Es la respuesta a una necesidad, un problema o un deseo de mejora. No nos interesan los diplomas o los seguidores, aunque podrían servir para generar confianza una vez que tengamos claro lo que ofreces.

No te pagan por tu esfuerzo

La Oferta está incluida en el Módulo de Producto.

Hay una idea muy persistente que se repite en los últimos tiempos. Me refiero a aquella en la que algunos se quejan de lo injusto que es el mundo porque llevan años y años acumulando títulos, masters y cursos de todo tipo y están trabajando en un ZARA en un McDonalds.

Lo que hay que entender es que hoy hay sobredosis de titulaciones y, desgraciadamente, no suelen servir de mucho. Cuando hay universidades y escuelas de negocios en cada esquina, un diploma es papel mojado.

Lo que hay que hacer es demostrar que tienes la capacidad de hacer algo que cambie a mejor la vida de las personas o el negocio de las empresas. Y luego ya, si eso, me lo justificas con tus títulos o experiencia.

Y ahí es donde Internet juega un papel fundamental. La Red te permite mostrar y demostrar lo que dices que puedes ofrecer.

Te sigo porque me compensa

Cuando digo que, si quieres tener una mínima posibilidad de éxito en el mundo real o irreal, debes aportar valor me refiero a que si alguien va a dedicarte su tiempo a leerte en un blog o verte en un vídeo o en persona, debe compensarle.

Si vas a leer un post como este, es porque creo que los minutos invertidos te van a generar una rentabilidad. Por eso defiendo el blog o hablar en público o el Networking frente a otros canales más superficiales como Instagram o Facebook en los que es más difícil aportar algo relevante más allá de pasar un buen rato.

No prometas lo que no puedes cumplir

Termino este post aclarando algo que suelen preguntarme cuando hablo de Promesa o Propuesta de VALOR.

Cuando dices que puedes aumentar, reducir, mejorar o crear algo, debes dejar muy claro que, en muchas ocasiones, no debes prometer nunca algo que no puedes cumplir.

Hay ocasiones en las que los resultados no dependen de ti, sino de la otra persona o de las circunstancias. Así que, prometer que alguien va a ganar una cantidad de dinero (a veces absurda) en un plazo determinado (a veces ridículo) o cualquier otra promesa similar, es simplemente un engaño.

Lo que sí puedes y debes hacer es dejar claro QUÉ vas a aumentar, reducir, mejorar o crear. Tiempo, Dinero, Bienestar esas son las tres variables que debes defender. Pero la cuantía económica, el tiempo requerido o el grado de felicidad que vas conseguir es algo que, en muchas ocasiones, no puedes comprometerte a cumplir. Y si lo haces, prepárate para asumir las consecuencias.





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