Virgencita que me quede como estoy

En los cursos de Marca Personal no es extraño que una o varias personas me digan que son muy felices siendo como son. Sin llamar la atención, sin destacar por nada. En una ocasión, alguien que no tenía ninguna pinta de «hacer lo que me dicen», me preguntó: «¿Y si a uno le gusta ser parte del «rebaño»? ¿Y si está a gusto sin tener que pensar ni plantearse metas ambiciosas?»
Creo que aunque en un primer momento se pueda pensar que existe mucha gente que piense de esa manera, en el fondo ese tipo de personas no existe. Me explico, cuando rascas un poco, siempre salen a relucir sueños, objetivos, metas, proyectos. El problema es que casi no nos queda tiempo para sentarnos y pensar en ello.
Además, la carencia de un proyecto profesional o personal trae consigo la desmotivación y la falta de energía necesaria para luchar por algo mejor. En consecuencia, profesionalmente eso no lleva más que al suicidio laboral y a la aparición de problemas que en un primer momento pueden parecer ajenos al trabajo.
Eso está ocurriendo con muchos profesionales que están atrapados en sus «cubículos» mirando una pantalla de ordenador, esperando que lleguen las 5. ¿Quieres seguir siendo parte del «rebaño»? o ¿Quieres aportar algo a tu vida y a tu trabajo?
Si es así, empieza a analizar de donde vienes, quien eres y a donde quieres ir. Y cuando lo tengas claro, te aseguro que va a ser mucho más fácil tomar tus propias decisiones. Estarás más preparado para dar el salto y no esperar a que te «empujen».






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