The Newsroom y el Branding Personal

Hay varias razones por la que no suelo utilizar películas o personajes de ficción como ejemplos de Branding Personal.

En primer lugar la ficción es eso, ficción y lo que vemos suele tener poco que ver con la realidad. Suelo decir que los mejores manuales de Marca Personal están en la sección de biografías de una librería. Puede que una escena de El club de los poetas muertos o incluso una película basada en hechos reales como En busca de la felicidad pueden ser muy motivadoras, pero las circunstancias suelen coincidir pocas veces. Y aquí hablo de Marcas Personales no de marcas de personajes.

En segundo lugar, desde que dejamos de ver dos canales de televisión, es dificil que haya mucha gente que vea los mismos programas, películas o series. Antes solíamos comentar lo que habían puesto la noche anterior y que habíamos visto todos. Hoy cada cual ha visto algo distinto en un momento diferente y en uno de los múltiples medios disponibles. Y así no hay forma de comentar nada.

Por último, ya sabes que soy muy contreras y basta que todo el mundo ponga una película o una serie por las nubes para que se me quite el interés.

Pero, a pesar de todo, hoy voy a saltarme mi propia norma y utilizaré una serie televisión para hablar de Marca Personal.  Me refiero a The Newsroom. En realidad se trata de otra clásica serie de periodistas pero es algo mucho más importante, habla de profesionales comprometidos, de valores, de asumir riesgos, de integridad y de emociones y de personas que se equivocan.

Cuando termino de ver una película de Bruce Willis salgo del cine con ganas de derribar helicópteros. Cuando termino de ver un capítulo de esta serie tengo ganas de ser mejor profesional y de hacer lo correcto y si a alguien le disgusta, que le den.

Pero esta serie puede ser muy deprimente. En semanas como la pasada en la que ves el tratamiento informativo que se da en las televisiones de nuestro país a las noticias como la del Madrid Arena y piensas en la forma en que lo harían los personajes de la serie, te dan ganas de llorar.

Hemos visto como se utilizan Tuits o declaraciones de cualquiera que dice que estuvo en la macrofiesta como fuentes válidas de información. Hemos visto como se desprecian los datos mientras que se ponen en un pedestal opiniones basadas en los prejuicios del tertuliano profesional de turno. Eso no ocurriría en la redacción de Will McAvoy.


Esta serie se desarrolla en una cadena de televisión pero, en realidad, habla de profesionales que intentan hacer bien su trabajo, que les apasiona lo que hacen y que tratan de decidir lo correcto aunque se la jueguen. Estoy escribiendo esto y me da la sensacion de que estoy hablando de cosas que ya no existen. Y quizás por eso estamos como estamos.

Nos hemos acostumbrado a saltarnos las pequeñas (o grandes) normas y, al final, parece que todo vale. Quizás eso nos sirva para sobrevivir a corto plazo, pero eso es letal para una Marca Personal porque acaba consiguiendo que esta pierda su principal valor, la credibilidad.

A veces pienso que en The Newsroom se comportan de tal modo que quizás deberían ponerla en el canal de Ciencia Ficción porque sus personajes parecen de otro planeta o de un tiempo ya olvidado.

Creo que necesitamos modelos, aunque sean de ficción. Algunos confunden lo de ser únicos con intentar no aprender de nadie, con no tomar lo mejor de los mejores. Y eso es falso. Nuestra Marca Personal es la combinación de muchos elementos y si queremos sobresalir, deberemos coger las «piezas» adecuadas y de mayor calidad. Porque si no tratamos de mejorar en todos los aspectos de nuestra vida, acabarán juzgándonos por la pieza más debil.

¿Tenemos que ser perfectos y no cometer equivocaciones? Para nada. Como decía uno de mis primeros jefes y como se ve en la serie, al final debemos conseguir que nuestros aciertos sean mayores que nuestros errores. Si no haces nada quizás no te equivoques demasiado (aunque no hacer nada es el mayor error) pero tampoco conseguirás que te recuerden.

Seguiré viendo esta serie y espero terminar cada capítulo «odiando» a sus personajes por hacer lo que deben.





Compartir esta publicacion