Hubo un tiempo, ya hace muchos años, en el que llegué a creer que Internet (todavía no era dospuntocerolandia) sería la herramienta definitiva para que realmente se valorase a la gente por sus méritos. En teoría, La Red era el escaparate perfecto para que casi cualquiera pudiese mostrar y demostrar lo que es capaz de hacer. De ese modo, una persona podría reducir la desconfianza cuando tratase de convencer a