Lo he dicho muchas veces aquí, perder un empleo no es nada más (y nada menos) que perder un cliente. Lo que ocurre es que, en la mayoría de las ocasiones, a ese cliente le has “vendido” toda tu oferta profesional durante meses, años o incluso décadas. Y si esto no fuese suficiente, en demasiados casos, ese cliente te ha impedido que hagas visible tus cualidades profesionales mientras trabajas PARA