Animal Branding

Cuando surge una teoría novedosa, sea la que sea, automaticamente aparecen dos tipos de críticas. Una es la que dice que no sirve para nada, que es humo, que es «otra moda». Ante estos comentarios solo cabe una respuesta, demostrar que se equivocan. Y eso lleva tiempo.
La segunda es la que dice que no es nada nuevo, que eso ya existía. En este caso es más probable que en cierto modo tengan razón ya que no es posible crear algo de la nada sino que es necesario utilizar «ladrillos» que ya existen. Lo que cambia es la forma de combinarlos.

En el caso del Personal Branding, no solo no negaré la influencia de «maestros» como Peters, Montoya, Arruda, Drucker o Fisher sino que considero fundamentales sus teorías. Sin embargo, por brillantes que sean, no somos norteamericanos, nuestra realidad es diferente. He tenido que crear algo así como el Personal Branding Ibérico o Latino (para mis lectores de latinoamérica). Mi modelo es mucho menos Disney y mucho más realista y ajustado a nuestra cultura.

Sin embargo, un comentario de Jana en el post de los peces me reafirma en que ni siquiera hay que recurrir a teorías de gestión. Todo lo tenemos delante de los ojos, lo que ocurre es que nos hemos vuelto miopes.

Llevamos tanto tiempo viviendo aislados de la naturaleza que hemos perdido el contacto con la realidad. Vivimos en una situación tan absurda que hemos tenido que crear versiones adulteradas e imperfectas de mecanismos que ya existían antes de que el hombre empezase a joderlo todo. Y luego, como pequeños dioses, nos hemos dedicado a ponerle nombre. Y el branding no es una excepción.

A bote pronto se me ocurren algunas similitudes.

Mercado y competencia: Los animales marcan su territorio. Es una zona limitada en la que desarrollarán su actividad. No pretenden ocuparlo todo, se centran en aquel espacio que pueden controlar. Si se alejan de su «reino» solo conseguirán perder el control y enfrentarse a los competidores que ocupan los territorios cercanos. Solo cuando la supervivencia se vea amenazada se verán en la necesidad de competir. En nuestra sociedad, hace ya mucho tiempo que se superaron los territorios marcados.

Liderazgo: En cualquier agrupación de animales hay un líder y un grupo seguidor. Siempre hay alguien que ocupa el vértice de la pirámide. No es algo que se regale sino que hay que conseguirlo tras una dura lucha y que deberá defenderlo día a día. Los demás deberán bajar los ojos cuando el «macho dominante» esté cerca. Salvo que alguien decida enfrentarse a él o dejar la manada.


Necesidades: Aunque parezca que estamos muy alejados de los comportamientos que vemos en los documentales de National Geographic en el fondo no somos muy diferentes de las hormigas o los gorilas. El ser humano necesita alimentarse, sexo, reconocimiento, sentimiento de grupo. En el fondo todo lo que hacemos personal y profesionalmente va destinado a cubrir alguna de esas necesidades y eso hay que tenerlo en cuenta a la hora de desarrollar una marca, personal o de producto.

Envase: Cuando los expertos en packaging se dedican a elaborar cajas vistosas que destaquen en el lineal, repiten lo que hacen los animales para perpetuar la especie, llamar la atención de sus «clientes». Pueden ser plumas, golpes en el pecho, coches, corbatas de Hermes, aullidos o bolsos Gucci falsificados, pero la finalidad es la misma. Quienes presumen de dinero en el fondo lo que pretenden es «hacer ruido» para llamar la atención de sus potenciales parejas y así perpetuar la especie.

Networking: Las especies que tienen mayores posibilidades de sobrevivir son aquellas que establecen redes. Las que se comunican y colaboran. Ahora podrán surgir todo tipo de teorías sesudas sobre este tema, pero cualquiera que haya pasado una tarde observando un hormiguero o viendo Gorilas en la Niebla, entenderá lo que digo.

Disney lleva décadas ganando mucho dinero dando cualidades humanas a los animales. Creo que ya es la hora de hacer lo contrario y redescubrir aquellos aspectos de los animales que nos hacen mejores personas.

Nos hemos acostumbrado a dar por sentadas ciertas cosas. A abrir un grifo y que salga agua. A salir a la calle y tener bastante seguridad de que no te atacará nadie. A vivir con cierta comodidad hasta que superamos con creces la adolescencia. Sin embargo, el «mundo real» es implacable.

Flujos migratorios imparables, violencia gratuita, bandas callejeras, acoso, mobbing, explotación… Nos pueden sorprender, asustar, preocupar o entristecer todos estos fenómenos, pero solo son simples reflejos de nuestra naturaleza. Y eso también forma parte de nuestra Marca Personal (¿Animal?)





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