Expertos, gurús y otros gestores de Marca Personal
Hace unos días Mario Lopez de Ávila con Jaizki como intermediario, me propuso un experimento, escribir sobre LOS EXPERTOS desde dos puntos de vista diferentes. Me parece interesante y a continuación expongo mi opinión de «experto».
Desde luego mi intención es dar una visión práctica pero bastante crítica sobre este asunto utilizando las ideas de Robert W. Bly en Become a Recognized Authority in Your Field. Empezando por mi mismo.
Dicen que un emprendedor es alguien que trabaja 80 horas semanales para no trabajar 40 horas para otro. Este extraño negocio de cambiar a un jefe por libertad produce incertidumbre, ansiedad, trabajo duro e ingresos irregulares. Sin embargo, hay algunos que consiguen generar negocio con facilidad y otros no. ¿Por qué?
Pues muy sencillo, porque han conseguido posicionarse como líderes en su campo (fontaneros, arquitectos, conferenciantes, asesores fiscales, programadores de Java, médicos, contratistas o proveedores de servicios).
Hay personas que llegan a ser consideradas gurús o lo que es lo mismo, autoridades reconocidas en su sector y gracias a esa situación disfrutan de una gran visibilidad y reconocimiento. Por no hablar del éxito, ingresos y calidad de vida.
Pero no son gurús porque tengan más talento o éxito o porque su trayectoria profesional sea superior. El estatus de experto se consigue mediante la autopromoción y la publicidad. No son gurús porque sean estupendos en lo que hacen sino vendiéndose y haciendo marketing de si mismos.
Podrás decir que eres considerado experto cuando te situas por encima de tu competencia, eres el primero en la lista a la hora de dar un servicio y te puedes olvidar de tener que ir por ahí vendiendo tu producto.
Hay grados de guruismo, por supuesto. ¿Eres un experto en un segmento de mercado pequeño o en un área de conocimiento amplia? ¿Eres el experto número uno o estás entre los top?
Cuanto más estreches tu nicho de mercado, más oportunidades tendrás de ser el gurú elegido. Cuanto más genérico sea tu campo, más competencia tendrás. Pero en campos como el de la consultoría de gestión hay suficiente tarta como para conseguir un trocito.
¿Por qué la gente odia o ama a los expertos? Tendríamos que considerar a tres tipos de personas.
El primero idolatra, sigue o al menos respeta a los gurús. Le encantan sus libros, asiste a sus seminarios. Son fans. Piensan que sus ideas son revolucionarias. Se convierten en sus evangelistas y van por ahí divulgando sus ideas a cualquiera que tenga la paciencia de escucharles. Si son jefes, compran el libro del gurú en grandes cantidades y obligan a la gente de su departamento a leerlo y a seguir sus ideas.
El segundo es neutral. Es consciente de su existencia y reconoce su estatus pero no le importa demasiado lo que dicen. No compran sus libros pero pueden leer sus artículos o entrar en sus webs. Consideran interesantes sus opiniones pero no consideran que puedan cambiar el mundo.
El tercero es el de los incrédulos, escépticos y cínicos. Muestran abiertamente su aversión a cualquier cosa que huela a experto. Se refieren a los gurús como a fraudes, camelos o artistas de la chorrada. No muestran respeto ni aprecio. Tienen opiniones como: «Yo no seré nunca un gurú. Pienso y hablo con demasiada claridad. Me siento mal por cobrar a la gente solo por hablar. Trabajo para vivir». Decía Drucker que la gente utiliza la palabra gurú porque charlatan es más dificil de decir.
Si un gurú se promociona a si mismo como inventor de una nueva disciplina o método, seguramente está distorsionando la verdad. La verdad es que hay muy pocas cosas totalmente nuevas en el mundo. Las ideas revolucionarias son muy raras e infrecuentes. Sospecha de cualquiera que diga que tiene una. Lo más probable es que haya maquillado un viejo concepto o puesto una nueva etiqueta en una caja vieja.
Ya he dicho alguna vez que los expertos no saben más que el resto de la gente, simplemente organizan mejor la información.
Lo que ofrecen los expertos es el dominio de una disciplina existente (no crea una nueva) y son capaces de comunicarlo de forma clara, comprensible y de forma práctica a una audiencia perfectamente definida. Este dominio se consigue con una mezcla de experiencia, educación e investigación. No suele ser el resultado de una creatividad extraordinaria o un pensamiento brillante.
Aprendiendo mediante la prueba y error, especializándose y viendo los mismos problemas una y otra vez puedes conseguir un repertorio de soluciones para el 90% de situaciones que puedas encontrar. El gurú no es más listo que el cliente, simplemente tiene más experiencia, estudios en un área determinada y la información mejor organizada. Aunque la gente tiene más información que nunca, la gente está saturada y es incapaz de procesarla toda. Esa es la labor del gurú.
En cualquier caso, después de este rollo, estoy convencido de que la gente seguirá queriendo expertos-gurús y nuevos gurús-expertos vendrán.