Reflexiones desde el paraiso
Estoy en Torrelavega (Cantabria) donde dentro de unas horas coordinaré un taller de Marca Personal en la VII Semana del Empleo y Desarrollo Local de Cantabria.
Cada día encuentro más estimulante y necesario salir de Madrid. Cuando ves las caras y las actitudes de las personas en sitios tan maravillosos como este, recuperas la esperanza.
Es estupendo estar en un hotel en el que casi puedes ver las vacas, recordar que la comida tiene sabor y que es posible hablar de cualquier cosa sin prisas.
Pero como digo, dentro de un rato me toca hablar a mi. Me entusiasma contar mi proyecto a la gente. Pero lo que más me estimula, me sorprende y también me asusta es lo bien que se suele recibir esta idea.
Normalmente, en eventos como este, suelo «actuar» después de gente muy seria, muy inteligente, muy importante y que además utiliza un lenguaje muy profesional.
Pero cuando llego yo en plan telepredicador, con mucha vehemencia hablo de Yoda, de Jerry Maguire, de gaseosa, de valores y objetivos, de los anuncios de Apple, de mi amigo Luís y de mi niña, entre otras muchas cosas. Es todo muy Funky (como diría mi amigo Tomas Marcos), incluso Friki, pero creo que consigo llegar a la gente.
No se, pero me gusta hacerlo y creo que la gente disfruta, aprende y en algunos momentos, se echa unas risas.
A ver que tal. Y disculpad esta sinceridad espontánea, supongo que es culpa del entorno.