La profesión va por dentro o yo no traje traje
Después de unos días de desconexión, vuelvo a las andadas retomando un asunto que me quedó pendiente tras el último Iniciador.
Tras las presentaciones de Montse sobre Imagen Personal y la mía más centrada en Marca Personal, alguien nos hizo una pregunta que estaba en un terreno intermedio y que me hizo pensar.
Venía a decir algo como esto: «Si el Personal Branding pretende conseguir que se perciba lo mejor de una persona sin perder autenticidad ni ceder parcelas de libertad ¿No es esto contradictorio con adaptar tu imagen a las circunstancias?»
Es una cuestión interesante en la que debemos tener en cuenta varios factores:
- Lo primero para alguien que quiera desarrollar una Marca Personal fuerte es ser RELEVANTE. Lo que ofrece debe ser útil para alguien. En la medida en que ese servicio o producto sea escaso, importante o demandado, el aspecto será menos influyente. ¿Alguien va a dejar de hacer negocios con Bill Gates o Steve Jobs por su aspecto? Más bien al contrario, serán muchos los que traten de imitarles.
Cuando lo que ofrecemos es un «genérico» deberemos adaptarnos al «envase» que espera el mercado. Lo que nos lleva al segundo factor. - Lo que eleva el valor de una marca, comercial o personal, es la CONFIANZA. Cuando no conocemos a alguien, nos basamos en lo externo para hacer juicios de valor. Por eso vamos a las entrevistas con traje y corbata. Las personas nos fiamos de aquellos que no se diferencian de lo que esperamos («imagen de consultor, médico o hacker») o que se parecen a nosotros («es uno de los nuestros»). Eso no significa que todos debamos ir iguales sino que los mercados se fían de los que llevan el aspecto que se espera. Posiblemente no nos ofrezca mucha confianza un fontanero que venga a hacer su trabajo con un traje de Armani, aunque pueda pagárselo de sobra, ni de un cirujano con las uñas sucias.
- Lo más peliagudo es lo que puede suponer de falta de autenticidad o pérdida de valores. Sin embargo, creo que no hay que obsesionarse con esto. Todos pagamos un precio por conseguir aquello que deseamos. La cuestión es ¿Adaptar tu imagen a las circunstancias, afecta a tus principios básicos? Si es así, ya sabes lo que debes hacer, o lo que no debes hacer. Pero en general, ponerse una corbata supone un coste personal muy asequible si vas a conseguir poner en marcha tu idea o dar de comer a tus hijos, que deberían estar muy por encima en tu escala de valores. No creo que eso afecte a tu autenticidad o a tu honestidad. La Marca Personal va de dentro a fuera y no al contrario. Además, en realidad ¿No te pones un traje para casarte? ¿Eres menos auténtico por ello? ¿Y si tuvieses que disfrazarte de Papá Noel, ponerte un mono azul o vestir de verde oliva? ¿Serías menos tú? yo no lo creo. Seguramente eso demostraría lo que realmente es importante para tí.
En cualquier caso, creo que al «envase» hay que darle la importancia justa. Creo que un aspecto digno y aseado es más que suficiente si lo que ofreces merece la pena. Si crees que quien te contrata lo hace principalmente por tu imagen es que algo no encaja o es una agencia de modelos.