En defensa de los mercenarios

De vez en cuando, al hablar de la necesidad de diseñar nuestra oferta profesional para sobrevivir en el mercado laboral actual (y futuro) independientemente de quién te pague, alguien me acusa de hacer apología de los mercenarios.

Cuando alguien decide posicionar su Marca Personal en el mercado, aumenta sus opciones laborales, se convierte en un objeto de deseo y puede acabar escogiendo la empresa o la profesión que mejor se ajuste a sus objetivos y valores. Y eso parece que no sienta muy bien a quienes están acostumbrados a un mercado de profesionales homogéneos y baratos.

Cuando una empresa decide prescindir de uno o varios de sus profesionales por las razones que sea, nadie se plantea que ese compromiso que se exige a los empleados deba tener una contrapartida por su parte. Es la coyuntura del mercado, nos dicen y nadie les acusa de falta de compromiso.

Sin embargo, cuando un profesional tiene la posibilidad de escoger un empleo o una posición laboral mejor que la que tiene actualmente, es acusado de mercenario, de falta de compromiso.

Hace años que quienes mandan en las empresas destruyeron todo resquicio de vínculo emocional con sus empleados. Han sido las organizaciones las que han convertido a las personas en recursos. Y además ultimamente a estos recursos les ha dado por comunicarse y saltarse algunas barreras preestablecidas. Es entonces cuando los que han convertido este país en un erial emprendedor se echan las manos a la cabeza, se rasgan las vestiduras y dicen que la gente ha perdido los valores, no se compromete.


De pronto todos somos mercenarios. Pero si existen mercenarios es porque antes hubo quién los necesitó y contrató para no tener que mantener un costoso pero fiel ejército . Entonces, ¿De que se quejan?

Parece que eso de ser «Freelance» es muy atractivo y prestigioso porque está en inglés pero un Free-Lance es un mercenario. Y a mucha honra.

No hemos sido los mercenarios quienes hemos acabado con las relaciones de confianza. Han sido otros los que han considerado que ir unicamente a precio en el mercado de profesionales sería más beneficioso para sus objetivos. No se han preocupado por crear un vínculo (¿patriotismo empresarial=compromiso?) con las personas que han sacado adelante las empresas.

De pronto ya no obedeces a tu señor feudal sino a un rey que vive en tierras lejanas y para quién solo eres un recurso. Así que rompamos una lanza por los «Lanzas libres».

NOTA: Os recuerdo que si queréis votar por mi videoblog podéis hacerlo siguiendo las instrucciones del enlace.





Compartir esta publicacion