El verano y el síndrome del teleprograma

Hace muchos, muchos años, en la época en la que sólo había dos canales de televisión en España (en muchos sitios sólo se podía ver uno de ellos) existía una revista mítica, el Teleprograma o el TP.

Cada domingo, junto con el pan y el resto de la prensa, era obligado coger también el TP y revisarlo como si te fuese la vida en ello por si «echaban» algo interesante en la semana siguiente.

En un mundo muy anterior a Internet o incluso al Teletexto (otra cosa viejuna), el TP era la manera de saber lo que iban a poner en la tele, a qué hora y, algo fundamental, si tenía rombos.

No había NETFLIX, no había canales de pago, no había demasiadas opciones. Así que el TP te ayudaba a saber si lo poco que había merecía la pena.

Y sinceramente, creo que la escasa oferta disponible era mucho mejor que la mayoría de la bazofia que lanzan hoy. La mayoría de las películas, documentales o las obras de teatro le daban cien mil vueltas a toda esa morralla de videoclub de tercera que meten en «pay per view».

Si no recuerdo mal, TP llegó a ser la revista más vendida en algunos momentos porque, como te digo, la TV era EL medio de entretenimiento y necesitábamos saber con qué nos íbamos a encontrar y si a J.R. le mataban o no.

Hoy TP es simplemente otra página web con una calidad similar a la que podría crear cualquiera con unos conocimientos de WordPress muy básicos.

Te cuento esta historia porque quizás a ti se te habrían ocurrido soluciones, formas de adaptar ese contenido, incluso adelantarte a la decadencia. Y es normal porque las personas somos geniales para identificar y resolver los problemas… de otros (incluso de empresas o países).

Pero, ¡ah, amigo!, ¿y si te digo que tu eres el próximo TP o ya lo eres?

Mi enfoque de la Estrategia Personal parte de la premisa de que las personas y las organizaciones nos parecemos mucho más de lo que pensamos. Las teclas que debemos mover no son muy distintas y, de hecho, todos sabemos cuales son. Pero, a pesar de todo, seguimos cometiendo los mismos errores.

Creo que es muy fácil sucumbir al síndrome del TP, especialmente si alguna vez llegaste a «ser alguien». Se supone que nos preparamos para algo, invertimos tiempo, esfuerzo y dinero en ocupar un lugar físico o mental en este mundo. Incluso puede que, en algunos momentos, tengamos nuestro momento de gloria, pero eso es efímero.


Es muy cómodo agarrarse a algo que te funcionó, pero el mundo no se para por ti ni por nadie.

Por eso es fundamental seguir incorporando cosas nuevas cada día a nuestra vida y a nuestra profesión. Es lo que yo denomino el plan de I+D personal. De lo contrario, cuando queramos darnos cuenta, seremos el Fax, el vídeo Beta o el Pentium II de nuestro entorno. Fuiste la pera limonera en su momento pero…

Hay que añadir cosas nuevas a nuestra trayectoria personal. Por mi y por todos mis compañeros.

Es cierto que en su momento enamoraste a la persona que se casó contigo porque «tu antes molabas». Hoy tienes barriga cervecera y sólo te levantas para ir a la nevera. Antes eras la caña con tu buen humor, hoy no hay quien aguante tu humor.

En su momento eras un prometedor jovenlicenciadoconmaster de alto potencial. Hoy estás aburrido de hacer la misma mierda cada día. Pero piensas que es mejor no moverse porque cambiar o montártelo por tu cuenta es ¿arriesgado? Mientras tanto, en R2H2 están preparando tu carta de despido.

#TodosSomosTP podría ser uno de esos hashtag absurdos que circulan por dospuntocerolandia. Pero lo cierto es que es así.

Crees que por estar muy «liado» vas a estar más seguro. Pero hace mucho tiempo que estar atareado o transmitir la sensación de actividad incesable es muy distinto a ser valioso. Es más, eso suele ser síntoma de que pronto vendrá la debacle.

La buena noticia es que siempre, desde ahora mismo, puedes cambiar tu «modelo de negocio o de vida». Hay montones de palancas que puedes mover. Cosas que puedes añadir, quitar, multiplicar, dividir o modificar. Puedes hacer cambios grandes o pequeños. Pero haz algo. Ah, y quizás, sólo quizás, deberías aceptar que no vas a trabajar «de lo tuyo».

El verano es una época excelente para revisar tu Estrategia Personal. Es el momento de analizar honestamente tu situación, especialmente si crees que eres un número uno en ventas. Es la época de mantener una conversación 0.0 y aceptar que estás hasta las narices de lo que haces.

Creo que el gran problema no es encontrar soluciones sino identificar los problemas. Puedes pensar que los de TP fueron unos miopes al no darse cuenta de lo que venía (siempre es muy fácil dar retroconsejos) pero a tu alrededor están surgiendo Netflixes, Cabifyes, Airbnbs que van a convertir tu profesión (la que sea) en algo irrelevante.

La buena noticia es que todavía no es (demasiado) tarde para cambiar el rumbo.





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