Marca Personal. Una Marca Personal menos Personal

Voy a empezar el año recordando algo que se suele confundir cuando se habla de Marca Personal. Me refiero a que, aunque suene raro, tu Marca Personal no va de lo que tu quieres, va del efecto que produces en los demás, de lo que quieren ELLOS.

Se llama Marca Personal porque está relacionado con lo que hacemos las personas y no las empresas y organizaciones. Tampoco me gusta hablar de Marca Profesional sino de Marca Personal de Profesionales porque lo laboral, lo profesional es sólo una faceta del efecto que producimos.

Digo esto porque, desde ya hace bastante tiempo, tengo la sensación de que algunos parece que quieren dar la razón a aquellos que acusaban al Branding Personal de egocéntrico, narcisista y de considerarse uno mismo el/la ombligo del mundo.

Es cierto que herramientas, plataformas y Redes Sociales como Instagram, Tiktok o incluso las más tradicionales como Twitter, LinkedIn o Facebook cada día están más saturadas de contenidos que ponen al autor como protagonista en lugar de como generador de cambio.

Una cosa es dar una imagen humana y otra el constante yomemiconmiguismo

Parto de la base de que siempre he defendido que cada cual puede hacer lo que le apetezca con sus Redes Sociales y plataformas. Pero si hablamos de dejar huella, Marca Personal, especialmente aplicada a profesionales, entonces conviene comportarse para que el esfuerzo sea lo más eficiente posible.

Uno de los aspectos que suelo recalcar en mis cursos es el de generar sintonía con aquellos con los que quieres conectar. Y una forma de conseguirlo es ser más humano, más cercano y mostrar facetas más personales de tu vida, pero sin superar ciertas líneas que entrarían dentro de lo privado o íntimo.

Lo que no tiene sentido, desde el punto de vista profesional, es que gran parte de tu comunicación o de tus contenidos estén centrados en «tu persona» como diría algún Presidente del Gobierno. Está bien y es hasta simpático que alguien a quien sigues porque aporta ideas o consejos interesantes, se abra un poco y te muestre algo de sí mismo/a. Pero si se abusa de eso, puede llegar un momento en el que te preguntes por qué empezaste a seguir a esa persona.

Cuando lo dospuntocero vuelve a lo unopuntocero

Lo sé, no soy un gran ejemplo de dospuntocerismo en el sentido de comunicación bidireccional. Me puedes acusar de no responder comentarios o de no mantener demasiadas conversaciones en Redes Sociales. Pero, a cambio, trato de generar contenidos útiles.

Sin embargo, lo que creo que está ocurriendo cada día con más fuerza es poner al autor, tuitero o generador de contenidos en el centro del escenario. Es la vuelta a lo unopuntocero, a un mundo en el que el protagonista es el creador del mensaje en lugar del mensaje.


En realidad, creo que cada uno de nosotros no somos más que canales de comunicación de las ideas que puedan cambiar las cosas a mejor. Somos simples intermediarios. Me da igual que escribas un blog, un artículo para un medio de comunicación o des una conferencia, tú eres el transmisor, el protagonista es lo que aportas.

Si dirigimos los focos hacia nosotros en lugar de hacia los demás, nuestra Marca Personal valdrá cero. Por la sencilla razón de que una marca, una huella, un sello, sólo se genera si existe un lugar en la que dejarla.

Hacer «amigos» o hacer negocios

La Marca Personal está dentro del Módulo de Prestigio.

Si hay algo que han abaratado mucho las Redes Sociales son los «amigos». Antes, encontrar amigos de verdad era algo que costaba meses o años y, con suerte, podrías contar a los de verdad con los dedos de una mano. Hoy se ha hecho realidad el sueño de Roberto Carlos del millón de amigos. El problema es que todo es bastante ficticio.

Insisto en que a todo esto le doy un enfoque profesional. Y si lo vemos de esa manera, cualquiera que haya querido pasar de los amigos a los negocios se da cuenta de que se trata de mundos completamente distintos.

Pasar del «me gusta» al «te pago por lo que ofreces» es un cambio radical. Así que, la pregunta que habría que hacerse en ese momento del año (y en muchos otros) es ¿quiero que me quieran o quiero que compren/contraten/elijan? Y, por favor, no me salgas con la respuesta buenista y obvia de «pues las dos cosas».

Está claro que lo ideal sería tener todo el tiempo y recursos para relacionarse con la gente y ganar pasta al mismo tiempo, pero desgraciadamente, especialmente para un profesional libre, eso no siempre es posible.

Tu Marca Personal, como ocurre con una marca comercial, debe ser una garantía de que lo que ofreces es fiable y valioso. Está fenomenal que la gente piense que molas mucho y que tienes una vida ideal (o de mierda), que crees que una serie de Netflix es lo más de lo más (hasta la siguiente), que tus pies en la arena son lo más de lo más o que te encanta la filatelia, pero aquí de lo que se trata es de que esas mismas personas consideren que lo que haces es algo por lo que merece la pena pagar aunque seas un/a gilipollas.

Marca Personal va de personas que dejan marca, no convertir a personas en marcas

Así que, deja de pensar que el Branding Personal va de convertir a las personas en marcas. Eso es absurdo, patético y muy triste. Eso es justo lo contrario de lo que pretendía cuando empecé con esto.

La gente te recordará, te valorará, te contratará, te querrá o te pagará por lo que haces por ellos, no por lo que eres (salvo los más cercanos). Y si lo haces bien, seguirás dejando huella incluso mucho tiempo después de que «tu persona» ya no esté aquí.


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