Personalidad. No eres el ombligo del mundo

Cada vez que hay una crisis económica suelen incluir secciones en algunos programas de radio en los que dan la oportunidad a los oyentes de darse a conocer para conseguir un empleo. Tienen poco tiempo y deben ser capaces de condensar muy bien lo que quieren decir.

Lo curioso es que, en la mayor parte de los casos, los candidatos se dedican a hablar de lo que quieren, de lo que les gusta y, como mucho, de una parte de su experiencia. Y esa es una forma terrible de «vender» su trabajo porque se centran en sus intereses, no en los del cliente/empleador.

Cuando realizo ejercicios similares en mis cursos, suele ocurrir algo parecido. Es cierto que suelo hacer una pregunta un poco ambigua a propósito, del tipo ¿A qué te quieres dedicar? que puede enfocarse hacia ti o, lo que sería lo correcto, en transmitir lo que puedes ofrecer.

Cambiar el foco

La Personalidad está incluida en el Módulo de Persona.

Si quieres salir adelante, debes cambiar la dirección de los focos. Si esperas que te tengan en cuenta y que te elijan, debes dejar de pensar que el/la protagonista eres tú. Aquí se trata de entender que los intereses que hay que satisfacer son los de los que quieres que te elijan y, así, conseguirás satisfacer los tuyos.

No digo que no debas tener claro lo que quieres, de hecho es algo sobre lo que insisto mucho en este blog y en todo lo que cuento y escribo. Pero ese es sólo el punto de partida para empezar a construir algo que sea útil a otros.

Sería el colmo que, además de no conseguir ninguna oportunidad, encima te estuvieses enfocando en cosas que ni te van ni te vienen.

Diferencia los Objetivos de la Misión

Aunque esto de los Objetivos, Visión y Misión siempre es un terreno un poco confuso y resbaladizo, hace algún tiempo leí en algún sitio una forma de explicarlo que me gustó.

Decía algo así como que un OBJETIVO es lo que tu quieres conseguir para ti y es lo que, como te decía al principio, suele contar casi todo el mundo cuando le preguntas «Qué quieres ser de mayor».

Por otra parte, la MISIÓN es aquello que vas a hacer para aportar a los demás. Y esa debería ser la base de la respuesta cuando te piden que expliques por qué deberían elegirte.


Por ejemplo, podríamos decir que el Objetivo de Google es ganar mucho dinero, dominar el mundo o cualquier otra cosa que les apetezca. Sin embargo, la Misión de Google está enfocada en lo que pueden aportar y es extraordinariamente clara y quizás por eso les va tan bien:

Nuestra misión es organizar la información del mundo y hacer que sea útil y accesible para todos.Misión de Google

¿Podrías hacer algo parecido contigo?

Los egoístas no dejan huella

Una crítica habitual hacia la Marca Personal por parte de quienes desconocen el concepto es que es egoísta, egocéntrico, fomenta la vanidad y el narcisismo. Pero eso sólo demuestra que no han entendido nada.

Sólo puedes ser recordado y valorado como alguien que merece la pena si diriges tus esfuerzos hacia el exterior. Esto no es filosofía positiva ni buenrollismo, es puro pragmatismo. Y esto se aplica a todos aquellos canales en los que tengas que vender tu trabajo, desde LinkedIn a una conversación con un empresario pasando por lo que cuentes en una conferencia o en tu cuenta de Instagram.

Si vas a hacer algo por lo que quieres que te tengan en cuenta, debes tener claro que si alguien va a dedicarte unos segundos, euros o una parte de sus pensamientos, tiene que merecer la pena. Así que, para aumentar tus opciones de conseguir un cliente, un empleo, enamorar a la persona que te gusta o ganarte el respeto de tus hijos, no te queda otra que encontrar el modo de darles lo que quieren.

Nadie está deseando ver tu nueva web

Reconozco que me da un poco de vergüenza ajena ver esas publicaciones en Redes Sociales en las que dicen cosas como «Me siento muy feliz de anunciarte que la semana que viene lanzo mi nueva web/libro/canal/infoproducto/podcast/… que estabas esperando con ansia viva» y cosas parecidas. Lo cierto es que, salvo mi hija con los discos de Taylor Swift, casi nadie está pendiente ni deseosa de ver el trabajo del resto del mundo.

Creo que debemos ser muy humildes y aceptar que si nos valoran es, precisamente, porque aportamos algo valioso, no por ser quienes somos ni por lo que nos gusta o interesa. Pero ojo, no confundas humildad y modestia con esconderte y que nadie sepa nada de tu trabajo. Esto va de que sean tus acciones y tus aportaciones lo que hable de ti, no que te pases el día echándote flores. Y, recuerda que no hay nada más egoísta que tener algo valioso que ofrecer y guardártelo para ti.





Compartir esta publicacion