Producto. Añade valor a tu oferta profesional

He dicho aquí alguna vez que me gustan los programas de subastas de trasteros o de esos en los que un par de tipos van buscando cosas que la gente tiene guardadas o incluso los que arreglan casas para revenderlas a un precio mayor.

En todos esos casos, lo que hacen es añadir valor a algo existente mediante algún tipo de transformación. Ese incremento es lo que se denomina Valor Añadido. Según la web Economipedia el Valor Añadido podría definirse así:

El valor añadido o valor agregado es la utilidad adicional que tiene un bien o servicio como consecuencia de haber sufrido un proceso de transformación. Dicho de otro modo, el valor de un producto o servicio vale más que la suma de los recursos utilizados. https://economipedia.com/

Pero como mi negociado es el de las personas y no el de las empresas, la pregunta que te hago es, ¿Cómo podrías añadir valor a tu oferta profesional? o dicho de otro modo ¿Qué deberías cambiar para aumentar el valor de lo que haces?

Un título o un cargo no tiene valor en sí mismo

Nos hemos acostumbrado a asociar nuestro valor profesional con el cargo que aparece en una tarjeta de visita o con las líneas que ponemos en un currículo o en LinkedIn sobre nuestra formación. Y como punto de partida no está mal. Sin embargo, lo importante es lo que haces con eso que has ido acumulando a lo largo de tu vida o profesión.

Puede ocurrir que lleves años o décadas acumulando material formativo en tu trastero mental, pero que no hagan más que coger polvo.

Recuerdo que en un capítulo de Cazadores de Tesoros, encontraron no uno sino dos DeLorean oxidándose en un granero o algo parecido. Pues bien, creo que con muchos profesionales ocurre lo mismo. Tienen cualidades muy valiosas pero que son incapaces de convertir en algo valioso.

Identifica necesidades y utiliza tu inventario

Supongo que es más cómodo presentarte o, algo peor, considerarte o etiquetarte a ti mismo como algo definido, estandarizado e identificable. Abogado, Fontanero o Coach son formas sencillas de definirte. El problema es que son poco diferenciadoras y lo que es más grave, no dicen demasiado sobre el valor aportado.

Por eso, en lugar de empeñarte en meter con calzador una definición profesional, es mejor que vayas por el mundo buscando problemas, necesidades o mejoras a realizar y encuentres el modo de resolverlas buscando y combinando lo que llevas toda la vida «almacenando».


Lo maravilloso de todo esto es que, posiblemente tus títulos sean mucho menos importantes que tus experiencias vitales. Aficiones o cosas que haces en tu tiempo libre pueden añadir mucho más valor que lo que aprendiste de un modo formal y reglado.

Coge papel y lápiz y empieza a hacer una lista de todo, absolutamente todo aquello que eres capaz de hacer, que has aprendido de cualquier forma o que te guste mucho. Paralelamente identifica en qué situaciones puede ser útil esa combinación de elementos y ponle un precio que esté relacionado con el valor que vas a aportar.

Enséñamelo

Pero no basta con coger todo eso y transformarlo en algo monetizable. Igual que hacen los de los programas que te comento, lo importante es que, una vez que lo has desempolvado, restaurado o mejorado, lo pongas a la venta.

Esto es especialmente importante cuando estás desarrollando algo que no encaja en los «casilleros» habituales. Si lo que has creado no se puede explicar con un término conocido, tendrás que esforzarte en hacer pedagogía sobre el tema, como hice yo con lo de la Marca Personal.

Ah, y sobre todo es fundamental que expliques del modo más claro y meridiano posible el valor que van a obtener aquellos que compren tu oferta. No me hables de lo que eres o de le que tienes, céntrate en dejarme bien claro de qué modo vas a resolver mis problemas o mejorar mi situación.

Quizás estás pensando que esto es algo que puede interesar sólo a los emprendedores o a los Profesionales Libres, pero no es así.

El valor añadido se puede aplicar al trabajo de un profesional por cuenta ajena, a alguien que está buscando un empleo o incluso en tu vida personal.

Si eres capaz de transformar algo rutinario o percibido como poco valioso en algo que llame la atención porque le has añadido algún elemento extra, entonces tus posibilidades de ser elegido van a multiplicarse. Si te limitas a cumplir con los estándares habituales y a seguir las reglas y la ortodoxia profesional, te acabarás convirtiendo en una «commodity» y serás valorado como tal.

Dale caña, sal de viaje interior a la búsqueda de joyas ocultas, quítales el polvo, añade algún elemento extra y sal ahí a venderlo.


Compartir esta publicacion