Marca Personal. No voy a hablar de Taylor Swift
Me gusta Taylor Swift. Incluso diría que me gusta mucho. Creo que todos sus discos se pueden escuchar sin cansarte. A Taylor me la descubrió mi hija hace unos cuantos años y, desde entonces, compartimos esta afición.
Lo que ha hecho Taylor Swift gestionando su imperio es algo a estudiar en las escuelas de negocios. Creo que ha conseguido una combinación perfecta de muchos factores que la han hecho ganar mucho dinero.
Dicho esto, debo decir que no me parece un buen ejemplo de estudio de Marca Personal. Como he dicho muchas veces, los famosos, las estrellas, las «celebrities» no deberían ser utilizadas como casos de Branding Personal a analizar.
Reconozco que también he dicho que las biografías son buenos manuales de Marca Personal porque nos permiten conocer muchos más aspectos que lo que suele mostrarnos la publicidad o los portavoces de los protagonistas.
Fama no es Marca Personal
El hecho de utilizar a famosos como ejemplos de Marca Personal es una consecuencia de asociar visibilidad y notoriedad con la huella que estos dejan. Esto ocurre también con las personas «normales» que han acabado reduciendo el Branding Personal con estar en Redes Sociales y con las cifras de seguidores, «me gusta» o RTs.
Hay gente muy conocida que será olvidada en cuanto dejen de dar guerra en las redes o en las televisiones. Y también habrá personas anónimas cuyo impacto perdurará mucho tiempo después de que estos desaparezcan.
Esos famosos, ¿Tienen un Propósito, Valores, Cualidades? ¿Aportan algo más que entretenimiento o remover sentimientos?
La Marca Personal no es Marketing Personal… o no sólo eso.
La Marca Personal es para todos
He hablado en mis artículos de personas que conozco, mi peluquero, mi quiosquero, el conserje de la urbanización en la que vivían mis padres. Son personas que me han dejado huella y a las que he llegado a conocer un poco al tratar con ellas con frecuencia. Creo que son excelentes ejemplos de personas que dejan huella y a las que recuerdas mucho tiempo después de haberlas dejado de ver.
Cuando sustituimos ese trato personal por una estrategia de comunicación diseñada por profesionales de Relaciones Públicas y basadas en presupuestos infinitos, quizás se consiga estar en todas partes, pero se pierde ese contacto humano que da autenticidad a las personas. A partir de ese momento ya no sabes si lo que ves es real o una Marca de Personaje.
Cuando dejas de ser humano para ser un ejemplo del Método del Caso
En los MBAs, se estudia o, al menos así era en mi época, utilizando el Método del Caso. Consiste en coger ejemplos de situaciones en diferentes áreas de la empresa y analizarlas. Normalmente suelen escogerse grandes corporaciones, normalmente norteamericanas porque son casos creados en EEUU.
Cuando hice mi master pensaba que casi ninguno de los que compartíamos aula gestionaríamos una de esas multinacionales. Más bien pondríamos en marcha nuestros pequeños negocios o trabajaríamos en un departamento de alguna PYME.
Con la Marca Personal ocurre lo mismo. ¿De qué sirve analizar la Marca Personal de Swift, Musk o Nadal? Podremos admirarles, aprender algunas cosas de ellos, utilizarlos como referentes,… pero juegan en otra liga en lo que respecta a recursos.
Sin embargo, creo que sí que podemos analizar algo que no cuesta dinero. Me refiero a sus motivaciones, sus prioridades, su carácter, su comportamiento. Aunque con mucho cuidado.
Si nunca terminas de conocerte, imagina conocer a los demás
A estas alturas está claro que lo más importante de la Marca Personal es lo de PERSONAL. Eso implica hacer un esfuerzo especial en conocerte, en saber como eres y por qué te comportas como lo haces.
El problema es que si a ti mismo te lleva toda una vida entenderte y seguramente no lo conseguirás nunca del todo, ¿Cómo esperas entender a alguien de quién todo lo que conoces es lo que ellos quieren que sepas?
Puedes llevar años o décadas viviendo con tu pareja y todavía no sabes por donde te va a salir. Así qué, ¿Qué te hace pensar que puedes deconstruir a alguien qué solo te muestra su mejor cara?
Por eso me hacen mucha gracia esos artículos que, a los dos días de descubrir a alguien famoso, es capaz de sentar cátedra desglosando todos los elementos de su Marca Personal. Podrá analizar lo que se puede medir, apariciones en La Red, seguidores, cifras de negocio, pero dudo mucho que llegue a desentrañar lo que hay dentro de la cabecita de esas «celebrities».
La Marca Personal es todo lo contrario a elitista
Cuando empecé con esto hace veinte años tenía una obsesión. Pretendía conseguir que se nos dejase de tratar a las personas como estadísticas, números de empleado, datos en una encuesta o pertenecientes a un grupo demográfico.
Mi idea de Marca Personal era la de devolver la identidad a cada uno de nosotros. Dejar de ser una masa. Y durante algún tiempo, gracias a los primeros años de Internet, aquello parecía bastante factible. Creo que mucho de ese sueño se ha caído.
Pero si ahora, además, nos empeñamos en trasladar la idea de que la Marca Personal es para famosos, divas, gurús o poderosos, entonces habremos vuelto al punto de partida.
Se puede y se debe dejar huella en cada interacción. No hace falta llenar estadios o aparecer todo el día en la tele.
Se puede y se debe intentar cambiar las cosas aunque no montes una empresa de cohetes.
Se puede y se debe ser el mejor en lo tuyo, aunque «sólo» seas un peluquero, un jardinero o un profesional libre que comparte sus cosas donde puede.