¿Debe preocuparse House por su empleo?

La pasada semana, en la sesión de la tarde del evento de Networking Elche, los ponentes hablaron de cuestiones vinculadas a la búsqueda de empleo.

Sin embargo, alguna de las preguntas que surgió estaba más relacionada con las tácticas que con las estrategias de posicionamiento profesional. Alguien introdujo el tema de la importancia del aspecto (¿correcto?) en una entrevista de trabajo.
Y una vez más comprobé como la «commoditización» de los profesionales ha podido llevarnos al punto en el que nos encontramos.

Ya es triste y preocupante el hecho de que el aspecto físico sea un criterio de selección o al menos de descarte. Incluso puede ser EL CRITERIO de selección en una fase previa.

Eso ocurre en un mercado en el que todos somos iguales. Todos somos profesionales sin marca. En el que en realidad da lo mismo uno que otra porque en realidad todos son igual de buenos (o de malos), de útiles (o inútiles). En el que ya no hay guerra por el talento (sea eso lo que sea) porque hay profesionales a patadas dispuestos a lo que sea por tener un «empleo».


Me temo que hemos perdido el norte.

Lo que hace a un profesional valioso es su relevancia, su capacidad de convertirse en un referente único.
Lo importante no es estar capacitado para desempeñar una función, porque ya se te supone, sino ser percibido como la persona más adecuada imprescindible para realizar una tarea.
Hay muchos como tú y cuando hay tanta oferta ya no eliges tú, eligen los otros. Para darle la vuelta, para ser tu quién escoja, debes conseguir multiplicar tus opciones. En lugar de vender, tienes que conseguir que te compren.
Lo fundamental no es ser un buen profesional, sino ser EL PROFESIONAL.
La cuestión no es ser una buena opción para un empleador o un cliente sino ser percibido como LA ÚNICA OPCIÓN. Como un profesional con una Marca Personal fuerte.

Cuando quién te necesita no tiene más narices que escogerte a tí, porque eres el/la mejor, porque sin tí no se puede seguir adelante o simplemente porque el jefe del que te selecciona lo considera así, eres tú quién puede poner las condiciones, quién puede fijar las reglas, quién puede decidir, en definitiva. Y cuando eso ocurre puedes ir a las entrevistas de trabajo en chandal, vestido de lagarterana o en pelotas.

Hace unos días leí una cita de Jacques Rousseau que decía que «Lo que hace sociable al hombre es su debilidad» y creo que es cierto. Si profesionalmente estamos obsesionados por crear redes sociales, por buscar la compañía de otros es porque no somos capaces de depender nosotros mismos. En realidad, y relacionándolo con el post anterior, creo que, paradójicamente, es el egoismo lo que nos hace ser generosos.

Aunque es un personaje de ficción extremo y en la última temporada no parece que esté pasando por sus mejores momentos, creo que House es un ejemplo interesante. Es desagradable, no sabe trabajar en equipo, es adicto a los calmantes, maltrata a sus colaboradores, a sus jefes y a sus pacientes. En lo que respecta a la sintonía y a la empatía, es todo lo contrario de lo que debería ser un buen profesional. Sin embargo, a House no le faltará trabajo porque es el único que puede resolver determinados problemas. Eso es relevancia.

Mientras seas un profesional genérico o un empleado sustituible deberás bailar al son que te toquen. Llámalo aspecto físico, horarios salvajes o salarios de miseria. Solo cuando detectes la necesidad que te hace único, singular e insustituible para otros podrás empezar a ser tú quién elija.

NOTA: La próxima semana estaré de nuevo en Alicante. El miércoles 28 en Fundesem hablando a un grupo de profesionales de RRHH. El jueves 29 en Elche en el CEEI.





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