Diferenciación. Elige la dirección contraria
En las últimas semanas he visto una serie de entrevistas de Martin Scorsese a la escritora Fran Lebowitz.
Suelo decir que una de las mejores formas de aprender a gestionar una Marca Personal es leer biografías o ver documentales como este que te comento.
Lo interesante es que Lebowitz, además de ser muy divertida, incisiva y aguda, parece ir en dirección contraria a la mayoría de la gente. Y es una demostración de que, aunque sea una perogrullada, si quieres diferenciarte, haz algo distinto.
Cuando todo el mundo va en una dirección, elige otro camino
Con mucha frecuencia, una persona o un grupo de gente empieza a hacer algo distinto, novedoso, rompedor. Esos disruptores ponen en marcha algo que, poco tiempo después se convierte en tendencia… o no. Y lo que empieza siendo original, acaba siendo habitual.
¿Alguien recuerda a los Hipsters? Parece que hace un siglo cuando se pusieron de moda, pero desaparecieron tan rápido como surgieron.
Lo curioso es que mucha gente parece obsesionada con hacer algo llamativo, distinto, que llame la atención. ¿Y qué es lo que hacen? Pues unirse a una tendencia o una moda en la que acaban siendo indistinguibles porque ya hay otros que se han subido al carro. Y entonces, van a buscar lo siguiente, pasándose la vida persiguiendo la distinción sin salirse de los caminos trillados.
Esto se aplica a la moda, a las Redes Sociales, a la alimentación, a los gustos culturales, los viajes, a la política o a las tendencias empresariales.
Lleva la contraria pero con lógica
Si me conoces un poco, verás que hay algo en mi que me empuja a llevar la contraria, a defender justo lo contrario de lo que todo el mundo considera correcto. No es una pose ni un truco, forma parte de mi naturaleza. Automáticamente cuando veo que algo se pone de moda, me sitúo en el otro lado. No sé si es bueno o malo, pero me sale solo.
No es fácil defender blanco cuando todo el mundo dice negro. Suele ser un poco deprimente ver algo muy claro y que los demás se empeñen en seguir diciéndote que no tienes razón. Y, aunque parezca contradictorio, también es muy divertido y estimulante y a la larga suele tener resultados positivos.
Entonces se da la vuelta a la tortilla y te toca ser tú quien defienda lo contrario. Eso es algo que hace tiempo que me ocurre con la Marca Personal, pero ya hablaré de eso otro día.
Lo importante es que si vas a situarte en un lugar diferente al de la mayoría, debes hacerlo con lógica, con sentido, con argumentos y también con convicción. De lo contrario te quedarás en la superficie, repitiendo ideas de otros y no serás creíble. Ya sabes aquello de que si tratas de contentar a todos no contentarás a nadie.
Llevar la contraria te enriquece
Alguna vez he estado involucrado en algún concurso de debate. Me refiero a eso que hacen en algunos centros educativos en los que hay dos grupos o equipos, se elige un tema y cada uno debe defender una postura. Lo interesante es que te puede tocar argumentar una idea o la contraria.
Pues bien, ese ejercicio en el que te obligas a defender algo que no crees o en lo que moral o intelectualmente te repele, es algo muy potente porque te hace ver las cosas desde otros puntos de vista. Y cuando vislumbras la posición contraria, aunque sea de un modo forzado, es más fácil sintonizar y conectar con la otra parte… o utilizarlo como arma si quieres derrotarla.
Si vas a ser distinto, debes ser el/la mejor
He repetido aquí en multitud de ocasiones que, si quieres sobresalir, destacar y diferenciarte, lo mejor es ser bueno o incluso el mejor en aquello en lo que quieres ser conocido y reconocido. Es fácil llamar a la atención y ser conocido por ser «distinto» durante un tiempo, lo jodido es que esa distinción sea útil y que no haya nadie, o casi nadie que practique esa singularidad como tú.
No basta con elegir caminos distintos, hay que ser bueno, especialmente cuando todo el mundo va a estar pendiente de que cometas un error.
Si vas a enfrentarte a la opinión generalizada sobre algún asunto no lo hagas con odio o resentimiento. No te pongas desagradable o irracional y nunca entres en ataques personales. Ah, y un poco de humor siempre ayuda. En este momento cualquier tema tiene sus partidarios y detractores, y tanto unos como otros pueden llegar a ser muy desagradables.
Lo fundamental, si quieres ser valorado y posiblemente elegido por lo que te distingue, es que una vez identificado aquello de lo que quieres alejarte y explicadas las razones para hacerlo, argumentes y defiendas tu postura del modo más sensato posible.
Como te digo, ir en dirección contraria a la mayoría puede ser una excelente forma de sobresalir, destacar, conseguir que se reconozca tu valor, pero no lo confundas con luchar contra todo y contra todos si no tienes argumentos y, sobre todo si lo haces por postureo y no por convicción.
Ah, y si con el tiempo te das cuenta de que tu posición era errónea, pues lo reconoces y lo explicas. Y no pasa nada.