Siempre me ha gustado leer. Durante años, especialmente cuando tenía que desplazarme en el tren de cercanías cada día a la empresa en la que trabajase en ese momento, devoraba los libros. Me da mucha pena reconocerlo, pero desde hace algunos años, mi ritmo de lectura se ha reducido bastante. Por un lado no tengo esos tiempos «muertos» en los que podía sumergirme en una novela o en un libro
Hace algunos años, creo que todavía tenía un empleo, estuve hojeando el libro Los próximos 30 años de Álvaro González Alorda. Si no recuerdo mal, en uno de los capítulos contaba una experiencia en un concierto privado de Sting en el Castillo de Windsor con el Príncipe Carlos y Claudia Schiffer que también describe en este post. Años más tarde conocí a Álvaro en una comida de la editorial en
No sé de donde viene el interés por las cosas, pero lo cierto es que, desde pequeño, me interesaron temas como la astronomía, la astronáutica, los ordenadores, la ciencia en general. Cuando era pequeño no había acceso a canales como Discovery, National Geographic y similares. Aunque había buenos libros, no disponíamos de toda la oferta como ocurre ahora. Si no podías comprarlos, tenías la biblioteca en la que te pasabas
Nunca me he considerado escritor, aunque he escrito unos cuantos libros y montones de posts y artículos. Nunca me he considerado conferenciante, aunque llevo a mis espaldas centenares de charlas. Y tampoco me he considerado formador, aunque he impartido cursos y talleres a miles de personas. Y no me he considerado nada de lo anterior por dos razones. La primera es que siempre he defendido que lo que nos define