De Fu Manchu a Superman

En varias ocasiones he hablado aquí de mi amigo Luis como ejemplo extraordinario, espectacular y al mismo tiempo muy cercano de lo que se puede conseguir utilizando las herramientas del Personal Branding. Establecimiento de objetivos claros, voluntad, trabajo, valores claros, visibilidad, relaciones, etc.

Cualquiera puede ver su trayectoria en la página de IMDB. En ella vemos que entre sus últimas chapucillas está Superman o Monster House, pero tampoco oculta su primer trabajo en aquel corto que os comentaba (La hija de Fu Manchu 72) y en el que yo hacía los efectos especiales con poco éxito como podreis ver más abajo. Y que por cierto podeis adquirir en la FNAC.

Hace unos días le entrevistaban en ABC y entre otras cosas hablaba del corto y decia una frase que me encanta, «Pertenezco a una generación de autodidactas».

Pero para demostraros que poder hacer lo que a uno le gusta no es solo para algunos elegidos pero que llegar arriba tampoco es facil os contaré un pequeño secreto del rodaje y de porqué Luís aparece como actor en su ficha.


Resulta que yo era el encargado de las explosiones y los tiros (para que luego hablen de la mala imagen de la química…) y al ver la calidad de mi trabajo primerizo, ninguno de los actores quería exponerse a un «accidente», así que Luis como buen amigo va y dice que se pone el traje de Ninja.

Yo estaba situado a los pies de Luis porque me quedé sin cable electrico para el efecto. La idea era que yo simulase un disparo haciendo explotar una carga de polvora al levantar el sable. Se hicieron dos tomas, la que quedó es la buena. La segunda no se pudo meter en el montaje porque viendo el efecto bala-fallera decidí meter más carga de pólvora y se produjo tal explosión que todos los asistentes al rodaje pensaron que había reventado al Ninja castizo. Al final todo quedó en unos pelillos quemados y unas risas. ¡Bendita juventud!

Aquí teneis el resultado y la razón por la que yo dirigí mis pasos profesionales por otros caminos. Eso sí en el corto hay otras muestras patéticas de mi incursión en los Efectos Especiales.





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