Tu mercado está en todas partes

Suelo decir que aunque es necesario tener un plan, la realidad altera todas tus previsiones y te lleva rápidamente a donde menos te lo esperas. Digo esto porque es curioso como el Branding Personal está desarrollándose rápidamente en Galicia.

Aquí no hay magia, ni el Universo conspira para que yo pueda tener tantos amigos en aquella región. Son puras relaciones personales.
El trabajo de escuelas de negocio (Ingafor e ITECaixaGalicia) o el empuje de profesionales como Jose Antonio Martinez y Iago Martinez están generando un interés fantástico sobre el tema. Yo mismo he aparecido en una entrevista (en gallego) en la revista ECO.

Debido a eso, en un viaje reciente, mientras esperaba un taxi en el aeropuerto empecé a charlar con un par de directivos de una multinacional. Decidimos compartir vehículo y en el trayecto estuvimos hablando de nuestros trabajos.

Uno de ellos, con acento centroeuropeo, me decía que a él le costaba mucho venderse. Le expliqué la diferencia entre venderse o vender su trabajo. En ese momento supuse que se trataba de un técnico que apenas tenía contacto con otras personas de la empresa. Sin embargo, lo que me dejó de piedra fue cuando me comentó que tenía a más de cien personas a su cargo. ¡¡¡100 Personas!!!

¡Por el amor de Dios! Ese directivo tiene un mercado cautivo de 100 profesionales que difunden (lo quiera o no) su trabajo. No quiero ni pensar en el resto de contactos que es capaz de establecer a lo largo del día con otros niveles de la companía.

Tenemos tendencia a limitar nuestra visión y quedarnos con lo obvio. Pero tenemos muchísimas opciones y medios para dar a conocer nuestro trabajo y posicionar nuestra Marca Personal dentro y fuera de una compañía.

Les di algunas opciones para «salir al exterior», escribir artículos, crear un blog, dar charlas,… Sin embargo, me dijeron que la empresa se lo tenía totalmente prohibido.

Es acojonante como las organizaciones siguen «capando» la comunicación de sus profesionales. No se dan cuenta de que un profesional serio, reputado y conocido va a aumentar el valor de la empresa. Sin embargo, el miedo (¿a qué?) sigue aislando a buenos profesionales del mercado. Eso si, si te echan a la calle, no esperes que te compensen por las oportunidades de posicionamiento perdidas y el tiempo en que estuviste sin contacto con el mundo exterior.

En eso de «venderse» no hay ningún misterio, ni uno nace con un don divino o tiene un gen de autopromoción. Eso de decir que unos tienen talento y otros no, es una forma de autoengañarse («Es que yo soy así») y de dar dinero a los «expertos en talento». Aquí se trata de ponerse manos a la obra, de currar, ni más ni menos.

¿A cuantas personas de tu empresa conoces más allá de saludarla por el pasillo?
¿Con quién te relacionas en la copa de Navidad? ¿Tratas de ligarte a «la rubia de pedidos / Tío bueno de ventas» o vas a saludar al presidente?
¿A cuantas reuniones (importantes) asistes y (sobre todo) participas?
¿Cómo, cuando y cuanto te comunicas con gente de tu departamento? ¿Y de otros departamentos?
¿Cuantas veces te has ofrecido voluntario para hacer una presentación interna o a un cliente?
¿Sabes quién es el que «corta el bacalao» en tu empresa? ¿Lo conoces? Y más importante aún ¿Te conoce?
¿Cómo te comportas? ¿Cómo se te conoce? ¿Eres el cenizo que siempre se queja, el que cuenta los chistes o el que levanta el ánimo?
¿Quién sabe lo que haces? ¿Cómo podrías demostrar que tu trabajo es útil y necesario?

Estas son algunas de las preguntas que debes hacerte. Y quizás te ayuden a entender porqué a unos les afecta un ERE y porqué otros «menos dotados», se salvan de la quema.





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