Hazlo por ti

PersonalidadHace unos días leí uno de esos chascarrillos en Twitter que decía algo así como que seguramente algún protocoach de la época le dijo a Hitler alguna de esas frases de Manual de los Jóvenes Coachtores como «Atrévete a ser tu mismo» o «toma las riendas de tu vida» o «te voy a ayudar a ser tu mejor yo» y mira la que se montó. Pero más allá de la broma macabra, llevo unos días pensando en que la abundancia de frases que recomiendan que seas tu mismo/a es directamente proporcional a la dificultad para conseguirlo.

Precisamente la Marca Personal está íntimamente asociada con la autenticidad. Si lo que transmites no es coherente con lo que eres, por un lado te vas a sentir fatal y por otro te van a pillar más pronto que tarde y se acabó lo que se daba.

Es cierto que hay personas, empresas e instituciones que son más falsas que un billete de doce euros pero detrás hay un interés. No son lo que transmiten pero son conscientes de ello y, además, saben o creen que de ese modo van a obtener algún resultado. Como digo, esta es una estrategia arriesgada porque el más mínimo error acabará con el pequeño o gran prestigio obtenido con sus trucos.

Lo que me preocupa más es la falta de autenticidad «buenista», esa que es como las mentiras piadosas, que siguen siendo mentiras pero se supone que son más perdonables porque tienen una intención positiva.

Suelo decir que el proyecto de descubrimiento, desarrollo y comunicación de una Marca Personal es como un viaje entre un punto A y un punto B. Pero igual que ocurre en cualquier otro proceso de cambio, las cosas no son tan fáciles. Te vas a encontrar con situaciones inesperadas, con dificultades imprevistas o con incluso con contradicciones contigo mismo. Y posiblemente una de las fuerzas que más va a influir para que te desvíes del plan establecido son las personas reales o virtuales que te rodean.

Padres que desean lo mejor para ti, seguidores, fans, followers o «amigos» en dospuntocerolandia que te jalean o te critican, la persona que te gusta y a la que tratas de agradar «comosea», amigos que se empeñan en aconsejarte desde una situación que no tiene nada que ver con la tuya o la necesidad de contentar a un «entorno» al que se supone que no debes defraudar.

Estos son algunos de los «stakeholders» que van a hacer lo posible (con la mejor intención, eso sí) para que vuelvas al redil. Cuando te quieres dar cuenta ya no eres tu, eres un personaje creado por todas esas influencias. No eres auténtico, pero se perdona porque la culpa es de «los otros». Tienes una Marca Personal, si, pero no es la que tu has descubierto y alimentado sino la que otros te han dejado. Y claro, eso es, como mínimo deprimente y muy poco motivador.

No te voy a negar que eso de poner tu autenticidad en manos de otros tiene una ventaja y es que, aparentemente, dejas de ser responsable de tus decisiones, lo que puede llegar a ser muy cómodo. Lo malo de esa idea es que, a la hora de la verdad nadie va a asumir su responsabilidad y te dirán que la culpa es tuya por haberles hecho caso («a mi que me cuentas tío, es tu vida»). La otra consecuencia, aún más grave, es que cuando dejas que otros decidan por ti, dejas de ser libre. Y como siempre suelo repetir, una de las mayores ventajas de la Marca Personal es el aumento de los grados de libertad al aumentar tu valor y por lo tanto, tus opciones.

Cuando entras en esa dinámica de convertirte en alguien que no eres para contentar a otros, hay otro aspecto muy curioso. Me refiero a que en muchos casos ni siquiera sabes a ciencia cierta lo que esperan de ti, simplemente lo supones. Así que no sólo vas a comportarte como alguien que no eres sino que además vas a hacerlo suponiendo o adivinando que lo que haces es lo que esperan de ti. Nos convertimos en políticos que ajustamos nuestros mensajes y, aún peor, nuestros valores y comportamientos a lo que dicen las encuestas, el número de followers, los comentarios en un blog o a algo que alguien nos dijo en algún momento.

Mi experiencia me dice que, al final, a quienes se valora de verdad, quienes acaban dejando huella y llevándose el gato al agua con más frecuencia son quienes actúan siguiendo su propio criterio y no lo ocultan. He visto durante estos años que mucha gente que te pone a parir al principio, acaba dándote la razón de forma más o menos explícita.

Depende de ti mismo, de tus recursos, de tus criterios. Y si crees que algo tiene que ir en una dirección, sigue adelante (pero no seas inconsciente y no rompas todos tus puentes o fuentes de recursos).

Haz las cosas por ti. Ojo no digo que seas egoísta, entre otras cosas porque es imposible que consigas nada sin hacer algo por otros. Lo que digo es que establezcas tus propios criterios basados en tus convicciones y no cedas a las primeras de cambio. Te aseguro que tirar la toalla es tan tentador como peligroso.

Sé que es difícil pero intenta volver a ser tú. Este no es un mensaje buenista o de buen rollo. Creo que, cuando quienes te rodean ven que te mantienes firme, vas a generar confianza y esa es una de las claves del Branding Personal. Pero sobre todo porque la vida es demasiado corta para vivir el guión que otros escriben… aunque lo hagan con la mejor intención.





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