Lo bueno de ser jodidamente bueno
He comentado aquí en algunas ocasiones que no soy demasiado aficionado al deporte y todavía menos a ver como otros lo practican. Sin embargo, en las últimas semanas he visto dos documentales muy interesantes que me han hecho pensar en lo importante que es ser el mejor o uno de los mejores en lo tuyo a la hora de poder elegir y ser más libre.
El primer documental cuenta la historia de Christian Laettner, que está considerado uno de los mejores jugadores de la historia del baloncesto universitario norteamericano y que en 1992 representó a Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Barcelona, siendo el representante del baloncesto universitario dentro del mítico Dream Team. Tuvo esa oportunidad porque las reglas de los Juegos Olímpicos obligaban a incluir algún jugador no profesional.
Lo interesante de este documental es que Laettner ha sido uno de los jugadores más odiados por los seguidores y los jugadores equipos contrarios. Por lo visto Laettner era arrogante, chulo, duro, frío y poseía muchos atributos más que le hacían detestable pero tenía una cosa más, era jodidamente bueno (y las chicas dicen que además era muy atractivo). Si eso no fuera suficiente, logró uno de los campeonatos en el último segundo y cuando el equipo contrario ya se consideraba ganador. Así que para qué quieres más.
https://youtu.be/J3_IT622Sbc
El segundo documental titulado Red Army cuenta la historia del equipo de Hockey sobre hielo de la Unión Soviética en los años cercanos a la Perestroika y especialmente de su capitán Slava Fetisov. Este deporte era uno de los más seguidos en aquél país y se consideraba un símbolo de la fuerza del régimen. Los miembros de «el ejército rojo», el equivalente al «dream team» para los dirigentes de la Rusia comunista, era increiblemente bueno. Arrasaban, formaban un gran equipo y consiguieron ser tremendamente creativos practicando el deporte de tal manera que desconcertaban a los equipos contrarios, especialmente a los occidentales. De hecho, cuentan que el entrenador que dio forma al equipo utilizaba una combinación de técnicas de hockey y de ballet.
Te recomiendo que veas ambos documentales (creo que están disponibles en los canales de fibra) porque además de ser muy interesantes son muy entretenidos y amenos. Pero la lección que he aprendido, o más bien reforzado, al ver estas historias es que si eres bueno en lo tuyo, y no te digo nada si eres el mejor, puedes permitirte ciertas libertades y licencias. En el caso de Christian Laettner, su capacidad para ganar partidos y encima hacerlo de forma brillante, multiplicó su capacidad para elegir a pesar de su fama de «broncas».
En cuanto a los miembros de «El ejército rojo», hubo un momento en el que llegaron a enfrentarse al régimen en uno de los momentos más duros del comunismo. Pasaron de héroes a enemigos políticos y al formar parte del aparato de propaganda comunista tuvieron que sufrir las amenazas del KGB. Pero gracias a su enorme prestigio y reconocimiento, consiguieron no sólo no ser enviados a Siberia sino incluso que se aceptasen sus peticiones.
Lo importante es que cuando eres bueno en algo, especialmente si lo eres de forma recurrente y además eres conocido por ello, entonces cada día tienes más fuerza, más capacidad de decisión y, por lo tanto, más libertad que puedes utilizar como te apetezca. Laettner pudo seguir siendo arrogante (en el documental da algunas claves sobre las razones de su comportamiento) y los miembros del equipo soviético de hockey sobre hielo pudieron conseguir mejores condiciones de vida en un momento muy difícil para su país.
Profesionalmente, debes conseguir que tu Marca Personal sea conocida y, sobre todo, reconocida como la mejor en lo tuyo. Eso significa que debes esforzarte en algo que parece cada día más olvidado, en aprender, mejorar, persistir, trabajar duro (o más bien muy duro), practicar, y desarrollar tus habilidades constantemente para sobresalir en tu profesión. Si eres jodidamente bueno/a tendrás más capacidad para imponer tus condiciones (tiempo, dinero, bienestar,…). Si eres uno más, tendrás que coger lo que otros dejen y eso si es que hay algunas migajas.
Creo que hay demasiada obsesión por estar llamando la atención constantemente con cosas que no añaden nada a tu prestigio profesional, especialmente en dospuntocerolandia. Pero no se trata de hacer ruido (ser conocido) sino de ser valorado por algo (ser reconocido). Claro que hay que dar a conocer lo que haces, pero antes debes tener algo que mostrar y además esto debe merecer la pena.
No medigues. Atrae. Hazlo lo mejor que puedas y si además lo comunicas adecuadamente quizás, sólo quizás, consigas que alguien se fije en ti y te den oportunidades pero serán más y mejores que si te limitas a pedir, a suplicar y a esperar que caiga algo.
Años después de los éxitos de Christian Laettner todavía aparecía gente con camisetas que decían «Todavía odio a Laettner». Quizás ser odiado (aunque sea en tono de broma) no es lo que todos deseamos pero en el fondo es un reconocimiento de su trabajo y eso si que es algo con lo que muchos soñamos. Ah, y Slava Fetisov acabó siendo ministro de deportes con Putin.