Año nuevo, marca nueva.

Bueno, pues ya estamos de vuelta. Aunque todavía estamos en plenas fiestas, ya he hecho mi lista de buenos propósitos y voy a ponerme manos a la obra. Espero que hayais empezado bien este Año 2006.

Una de mis intenciones es terminar de pulir mi modelo de Marca Personal para crear una estructura sólida y facil de comunicar y aplicar.
Es cierto que el Personal Branding tiene mucho de filosófico y en algunos momentos parece que su origen fue una pataleta de algunos profesionales por lo mal que se portan algunas empresas. Sin embargo, no serviría de nada si no tuviese un objetivo mucho más positivo y constructivo, si no tuviese detrás toda una metodología y si no pudiese ser aplicado por esas mismas empresas para mejorar la motivación de sus profesionales.

No digo que el Marketing o el Branding Personal sea una ciencia, pero tampoco es algo subjetivo y etereo. A medida que he investigado la forma de trabajar de los distintos autores, he encontrado elementos comunes que estoy utilizando para construir mi «edificio conceptual».

Ya hace unos meses os daba algunas pistas sobre mi modelo de marca. Hoy quiero seguir explicando algunos de los elementos que forman parte de una Marca Personal sólida. En este caso están basados en la obra de Peter Montoya, The Personal Branding Phenomenon. Se trata de las ocho leyes de la Marca Personal.
Aunque aquí están muy resumidos, detras existe toda una metodología para aplicarlos, medirlos y controlarlos.

Las ocho leyes de la Marca Propia

1. Ley de la Especialización: Una gran Marca Propia debe ser precisa, concentrada en una fortaleza, talento, habilidad o conocimiento principal. Te puedes especializar de muchas formas: experiencia, comportamiento, estilo de vida, misión, producto, profesión o servicio.

2. Ley del Liderazgo: Crear una Marca Propia con autoridad y credibilidad requiere que la persona de quien procede sea percibida por la gente como un líder en su área de influencia. El liderazgo se sustenta en la excelencia, la posición y el reconocimiento.


3. Ley de la Personalidad: Una gran Marca Propia debe ser construida sobre la base de una personalidad auténtica, con sus defectos y virtudes. Es una ley que elimina algo de la presión creada por la Ley del Liderazgo: Has conseguido ser bueno pero no tienes que ser perfecto.

4. Ley de la Particularidad: Una Marca Propia efectiva necesita ser expresada de una forma que sea diferente a la de su competencia. Muchos «marketinianos» construyen marcas que no son «ni chicha ni limoná» para no ofender a nadie. Este es el mejor camino para estrellarse porque esas marcas permanecerán anónimas entre las multitudes.

5. Ley de la Visibilidad: Para tener éxito, una Marca Propia debe ser vista una y otra vez, hasta que quede impresa en la mente de quienes forman parte de su mercado o esfera de influencia. La visibilidad crea la presunción de claridad. La gente asume que porque ven a una persona constantemente, el/ella debe ser superior a otros que ofrecen el mismo producto o servicio.

6. Ley de la Unidad: La persona particular que hay detrás de una Marca Propia debe adherirse a la moral y al comportamiento establecido por esa marca. La conducta privada debe ser el reflejo de la marca pública.

7. Ley de la Persistencia: Cualquier Marca Propia necesita tiempo para crecer, y aunque puedas acelerar algo el proceso, no puedes reemplazarlo con publicidad o relaciones públicas. Pégate a tu Marca Propia, sin cambiarla; se firme y paciente.

8. Ley de los Valores Positivos: Una Marca Propia producirá mejores resultados si la persona que hay detrás es percibida de una forma positiva. El/ella debe estar asociado con un valor o idea que se reconocido universalmente como positivo y que valga la pena.

Tras la pequeña polémica sobre mi «premio«, mi intención es hacer entender que la Marca Personal se mueve en terrenos opinables, pero siempre desde el punto de vista marketiniano y no ideológico.
A diferencia de las marcas comerciales, es cierto que las Marcas Personales fuertes, suelen tener unos valores personales sólidos (gusten o no) pero tratar de politizar este asunto es como intentar hacerlo con el arte o con la ciencia. Esto ha ocurrido durante los años más oscuros del sXX en Europa o incluso en los EEUU de hoy en día con la teoría evolucionista de Darwin. Sin embargo, si queremos desarrollar un concepto duradero, debe basarse en parámetros sólidos y en unos términos aceptados por todos, de lo contrario nos perderemos en discusiones estériles.





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