Sin Misión tu Marca Personal es muy endeble

Estrategia¿Cuál es tu misión personal o profesional? Vale, ya sé que esta pregunta así, a lo loco es complicada de contestar y mucho más hacerlo correctamente, y ahí está el problema. En realidad debería responderse de forma fácil, sencilla e inmediata pero es algo que casi nunca nos paramos a pensar.

Eso de la misión, la visión, los valores suena a algo filosófico, teórico, abstracto. Cuando pensamos en el mundo empresarial normalmente se asocia con frases bonitas puestas en un cuadro que nadie lee en la sala de entrada. Sin embargo, todos esos elementos definen lo que va a ser una persona o una organización.

Tu Marca Personal es el resultado de cumplir con la misión que te has encomendado. Los anglosajones hablan mucho del legado, la herencia. Suelen utilizar ese ejemplo macabro en el que te piden que pienses en tu propio entierro y trates de imaginar lo que los asistentes dirían de ti.

Pero la misión juega un papel fundamental en tu Estrategia Personal. Cuando sabes cual es el trabajo, función o tarea que vas a desempeñar, todo lo demás es mucho más sencillo. Cuando conoces el papel que juegas en el mundo las decisiones son mucho más sencillas y eso, además de hacerte mucho más eficiente, ayuda a generar confianza en quienes se relacionan contigo. Tu misión podrá gustar a los demás, o no, pero lo que está claro es que, si la tienes y la comunicas, generarás credibilidad y eso aumenta tu valor.

Existe una obsesión por el liderazgo, pues bien, un líder es, en primer lugar, alguien que tiene claro hacia donde se dirige y qué va a hacer para llegar a ese lugar. Un líder es alguien que deja una Marca Personal memorable porque hace lo que debe hacer para alcanzar su objetivo.

Desde un punto de vista más práctico, la misión te va a ayudar a crear tu perfil en LinkedIn, seleccionar a las personas que debes conocer, escoger los temas sobre los que vas a escribir en tu blog, descubrir las cosas que te faltan por aprender o crear tu Discurso del Ascensor o el argumentario para persuadir a alguien de que eres la persona adecuada, entre otras cosas.

Porque la misión es una forma ultraconcentrada de definir qué haces, con qué trabajas, qué resultados produces y quién se beneficia de que existas.

En mis cursos es algo que suelo trabajar al principio porque va a marcar las pautas de todo el proceso posterior. Sin un propósito, una misión, una visión, unos valores y unos objetivos todo lo que vas a conseguir es ir dando tumbos, generando dudas y perdiendo oportunidades.


Básicamente la misión, tal y como yo la entiendo, se construye de la siguiente manera.

Tu materia prima

¿Con qué trabajas? ¿Cuál es tu «core business»? ¿En qué negocio estás? Esta quizás es la parte más complicada de la fórmula de la misión. Se trata de descubrir la esencia de tu profesión. Por ejemplo, la materia prima de un periodista no son los periódicos o los micrófonos sino la información. La materia prima de un cerrajero no son las cerraduras sino la seguridad.

Ideas, felicidad, ladrillos, programas, conocimientos, dinero, problemas, productos, salud, seguridad,… el material con el que vas a trabajar es muy variado. Como ves, aquí no se habla de cargos o de títulos, sino de los instrumentos con los que vas a aportar algo valioso.

Tu actividad

¿Qué haces con esa “materia prima”? La segunda parte es descubrir lo que haces con esos ingredientes con los que trabajas. Puedes producir, vender, apoyar, importar, descubrir, conectar, negociar, diseñar, construir,… Como ves, se trata de poner el verbo a la frase. Un mismo material puede ser utilizado de muchas maneras para crear oficios distintos. Pongamos el champú como ejemplo. Fabricando champú puedes ser jefe de producción. Vendiendo champú puedes ser jefe de ventas. Aplicando champú puedes ser peluquero.

El valor/beneficio

¿Qué efecto positivo generas? Nos van a valorar, desear o elegir por lo que podemos aportar a los demás. Por lo tanto es necesario convertir esa materia prima y esa actividad en algo útil y relevante para poder transmitirlo y convencer a tu «audiencia». Facturación, contactos, tranquilidad, rapidez, valor, belleza, cuota de mercado, valor de las acciones, retención de empleados, ROI, eficiencia, visibilidad,…

Los beneficiarios

¿A quién beneficia lo que haces? Una Marca Personal sólo tiene valor si produce un efecto en alguien. Si eres muy bueno en algo pero nadie se beneficia es como aquello de si hay ruido cuando un árbol se cae en el bosque y no hay nadie que lo escuche. Si no tienes claro qué va a conseguir alguien gracias a tu trabajo, ólvidate de dejar huella. No nos eligen por lo que somos o por lo que sabemos sino por lo que hacemos con todo eso.

Empresas, jóvenes, mujeres, instituciones, discapacitados, directivos, emprendedores, frikis, artistas,… Debes tener claro a quién te diriges porque eso te va a permitir especializarte, diferenciarte o enfocarte.

Estas son sólo algunas pinceladas de mi forma de entender una Misión personal o profesional. No parece muy complicado, pero como ocurre con todo lo relacionado con el Branding Personal requiere un esfuerzo de reflexión y análisis. Pero te aseguro que merece la pena.





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