Mercado. Eliminar intermediarios

Aunque, como todos los años, me retiré de dospuntocerolandia a primeros de julio, todavía me quedaban algunos cursos y talleres que impartir en ese mes.

Uno de los programas, en los que mi materia era una más, estaba organizado por una escuela de negocios, patrocinado por una organización empresarial y dirigido a un perfil de profesionales de nivel medio/alto en sus organizaciones. Por mi experiencia, había algo en esa combinación de elementos que me hacía sospechar que el resultado no iba a ser el habitual. Y así fue.

Como sabes, mi intención siempre ha sido proporcionar herramientas a los profesionales para aumentar su valor y sus opciones, independientemente de su situación laboral. Me importa muy poco que sean empleados, independientes, estudiantes, en transición, autónomos o funcionarios. Lo único que cambia es el número de clientes, que cobres por factura, por nómina o que, momentáneamente no tengas ingresos.

Pues bien. La organización empresarial consideró que el mensaje que estaba trasladando animaba a una especie de rebeldía que les empujaba a buscar alternativas profesionales más allá de la empresa. Eran incapaces de ver que lo que he propuesto siempre es pensar en la empresa como un cliente y a ti como un/a proveedor de servicios. Se trata de trasladar a los profesionales la mentalidad emprendedora (aunque se jubilen en su empresa) y no la de empleodependientes.

La escuela de negocios consideró que su cliente/patrocinador no estaba satisfecho y me «sugirió» cambiar el mensaje para los grupos restantes… despojándole de gran parte de su sentido y su carácter motivador. No es lo mismo trabajar para ti, aunque la empresa sea el principal beneficiario de tu progreso, que hacerlo únicamente para beneficio de otros.

Pero lo más triste fue la reacción de participantes que me argumentaban que bastante trabajo tenían como para ponerse a pensar en su propia Estrategia Personal, como si lo que les pidiese fuese algo para mí y no para su propio beneficio. Aquí debo decir que, posteriormente, recibí unos cuantos mensajes en privado de participantes en los que me agradecían mis consejos pero no se atrevían a hacerlo frente al resto del grupo.

Y, algo más preocupante, aunque no sorprendente, porque es algo que he encontrado desde que me incorporé a mi primer empleo, es esa tendencia a pensar que su empleo es realmente «indefinido» y, algo peor, que ellos/as PERTENECEN a la empresa que les paga la nómina… hasta que reciben la famosa carta de R2H2 en la que le desean mucha suerte en su «futuro» profesional y que se pasen a por el finiquito.

Te cuento este largo preámbulo para explicarte una conclusión a la que llegué hace años. Me refiero a la de evitar intermediarios… si tienes esa opción.

La comodidad tiene un precio

Los intermediarios y otros influyentes en tu Estrategia Personal están en el módulo Público.

Entiendo que el empleo es la opción obvia para quienes buscan una estabilidad… que hace tiempo que desapareció. Pero un empleo es la forma más habitual de trabajar con intermediarios.

Como profesional tienes unas cualidades, conocimientos, experiencia y habilidades que podrías vender a tu cliente final, pero lo más cómodo y aparentemente menos arriesgado es poner un precio estable, una tarifa plana a tu valía y cruzar los dedos para que eso se mantenga el mayor tiempo posible. Y eso asumiendo que la vida útil actual para un/a profesional está entre los 30 y los 50 porque para los jóvenes y los mayores de 50 la cosa está jodida.


Sin embargo, si te atreves a buscar tu propios clientes (incluso mientras trabajas para tu cliente principal), no sólo diversificas el riesgo, sino que parte de tus ingresos no se pierden por el camino.

¿Qué haces en tu empleo? ¿Presentas? ¿Vendes? ¿Compras? ¿Diseñas? ¿Programas? ¿Construyes? ¿Cuidas?

¿Te has planteado que eso mismo podrías hacerlo sin el peaje de un cliente/intermediario/empleador?

B2B a B2C

Como te digo, lo que te contaba al principio no me sorprendió.

Es cierto que normalmente trabajo con emprendedores, con profesionales en transición, con estudiantes, incluso con profesionales de empresa que quieren progresar. Gente que busca mejorar, avanzar o cambiar. Personas con un propósito (como te explicaba en el post anterior). Y que, en general, se pagan su propia formación.

Y siempre trato de evitar programas en los que los asistentes van como en un «pack», casi obligados por la empresa que se lo paga y cuya finalidad es el beneficio de la organización, no la suya.

Por eso, creo que, tal y como se están poniendo las cosas, los profesionales que aún no lo hayan hecho, deben cambiar YA esa mentalidad de B2B (YO S.L. a Empresa empleadora) por B2C (YO S.L. a Cliente) teniendo en cuenta que ese cliente puede ser la empresa en la que trabajas, pero sin la servidumbre de ser tu ÚNICA opción.

Convertir tus servicios en productos… y viceversa

Constantemente hay un «baile» entre productos y servicios. Los músicos dan conciertos, venden (o vendían) discos y ahora distribuyen su trabajo en plataformas. Nosotros debemos pensar igual. Las cuestiones que debes plantearte son algunas como,

  • ¿Podría transformar el servicio que proporciono a mi empresa en un producto vendible (curso online, consultoría, manual, trabajo llave en mano) para varios o muchos utilizando la tecnología disponible?
  • ¿Necesito un «patrocinador» o intermediario que me imponga sus reglas y que se quede con una parte de mis ingresos potenciales?
  • ¿Tengo que diluir mi Marca Personal para convertirme en la marca blanca de mi cliente/empleador?
  • ¿Merece la pena sacrificar la visibilidad y el prestigio de tu trabajo por una falsa estabilidad temporal?

Ya lo dejo por hoy, pero si hay algo que tengo claro es que voy a seguir trabajando en aumentar los grados de libertad de cada profesional que esté motivado para desarrollar su propio proyecto. Por mí y por todos mis compañeros/as.


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