Tu trabajo es tu producto, defiende su valor

VentaEn el post anterior, Ramón Luis Gil, compartía un enlace de su blog en el que habla de la Marca Personal como lanzadera de Marca Corporativa y defiende que los departamentos de RRHH se reconviertan en Gestores de la Marca Personal de los profesionales de sus empresas. Lo cierto es que me salió una sonrisilla al recordar que ese es uno de los argumentos que vengo repitiendo (y II) desde hace una década.

Por otra parte, hoy Jordi Collell publica un post defendiendo el valor de los empleados influyentes para las organizaciones en las que trabajan.

Todo esto me ha vuelto a recordar algunas similitudes entre la forma que tenemos de vender nuestro trabajo y las relaciones entre las empresas de distribución y los proveedores que ponen sus productos en sus lineales. Es un mundo que conozco bien porque he estado en ambos lados de la mesa durante bastantes años.

Parto de la base que el mercado laboral ha cambiado para siempre y aunque ahora nos parezca terrible, creo que este cambio va a ser positivo.

Durante décadas nos han contado la milonga de que las empresas nos «quieren», que establecen un «contrato psicológico» con los profesionales y que estos deben «enamorarse» de sus organizaciones y a eso lo llaman compromiso (o si no trabajas mucho más de lo que te pagan, eres un traidor). Por cierto, eso de enamorarse de quien te paga siempre me ha parecido antinatural y aberrante.

El problema es que con el tiempo nos hemos dado cuenta que en realidad lo llaman amor cuando deberían decir sexo. O lo que es lo mismo, te van a pagar siempre que generes resultados o mejor dicho, siempre que no encuentren a alguien que genere más resultados que tú. Las relaciones entre profesionales y empleadores son comerciales, no sentimentales. Enamórate de tu trabajo o de tu profesión, no de una organización.

¿Eso significa que debemos comportarnos como robots? De ninguna manera. Se pueden mantener relaciones excelentes con otras personas, con compañeros, jefes, proveedores y clientes pero no con personas jurídicas o razones sociales… posiblemente con sede a miles de kilómetros.

Desde que empecé a hablar de Marca Personal vengo diciendo que debemos pensar en nuestro trabajo como en nuestro producto y en las empresas como en nuestros clientes. Todo esto convierte a R2H2 en un departamento de compras y no en una especie de eDarling que trata de hacer de Celestina entre profesionales y empresas. Y por lo tanto, una entrevista de trabajo es una reunión comercial entre proveedores y potenciales clientes.

Creo que, en la situación actual, los profesionales deberían vender su trabajo del mismo modo que hacen las empresas que quieren poner sus productos en un lineal de un supermercado. Recuerda que lo que vendes es tu trabajo, no tu. Por eso es importante que posiciones bien lo que ofreces para aumentar tu capacidad de negociación.


Eso significa que si estás en una empresa o si esta te mantiene en tu puesto o te asciende o te sube el sueldo es porque hay una relación mutuamente beneficiosa para ambos. Eso implica que las dos partes estaréis trabajando para que ese vínculo se mantenga si os interesa. Tu deberás hacer lo posible para seguir aportando valor y la empresa deberá reconocértelo. Pero cuando alguna de las dos partes considere que el «contrato» no funciona puede sentirse libre para romper la relación. El problema surge cuando introducimos variables «irracionales».

Aún recuerdo como sólo media docena de empresas podía poner contra las cuerdas a alguna de las compañías de distribución en la que trabajé. Si sus productos no estaban en la tienda, caerían mucho las ventas en general. Pues bien, como profesional debes tratar de conseguir algo parecido. Si te posicionas como alguien relevante y valioso, tu capacidad negociadora se va a disparar. Y eso es lo que consiguen las empresas con buenas marcas y los profesionales con una Marca Personal potente.

Los responsables de R2H2 deben empezar a actuar como gestores por categorias o Product Managers que gestionan la rentabilidad del lineal. Deben entender que cada profesional es distinto y que hay que valorar, potenciar y dar visibilidad a cada uno de ellos como merece.

En un supermercado o hipermercado verás que hay productos que siempre aparecen en los folletos o están en las cabeceras de los lineales. Hay otros que están casi escondidos. Hay productos de marca blanca y hay productos denominados de primer precio que son los más baratos y normalmente de peor calidad.

Pues bien, con el trabajo de los profesionales debemos empezar a pensar igual. Si eres un profesional «premium», uno de esos que todo el mundo quiere tener, de esos que hacen marca de empresa, tu empresa debe ponerte en «la cabecera», debe hacerte visible y debe potenciar tu desarrollo igual que haría un «Category Manager». Si eso no sucede, empieza a buscar a quienes te valoren como mereces. Y eso no sería traición, deslealtad o falta de compromiso sino pura lógica comercial porque si fuese al revés ¿crees que tendrían alguna consideración contigo?

Si eres un profesional «marca blanca» ya puedes ponerte las pilas porque eres fácilmente sustituible, porque no te consideran relevante y porque no van a estar dispuestos a remunerarte por encima del valor de mercado. Por eso es importante que empieces a diseñar tu estrategia de Branding Personal cuanto antes.

Si eres un profesional primer precio, de esos que simplemente están ahí para «tapar agujeros», más te vale aumentar el valor de tu oferta, encontrar un nicho que reconozca tu trabajo o identificar un modo de diferenciarte porque, de lo contrario, vas a recibir la mínima compensación… si es que la recibes. Esta es la situación de becarios crónicos y similares.

Por lo tanto, estamos viviendo una época movidita pero creo que hay posibilidades si la sabemos aprovechar y no mezclamos el placer con los negocios. Ya sé que para muchos sería mejor «casarse» con una empresa que te mantenga, aunque te oculte y no te trate como mereces. Pero afortunadamente eso ya se ha terminado… espero.





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