Producto. ¿Qué me traes?

En muchas películas de mafiosos hay algún momento en el que el «capo» recibe en su cuartel general a algún personaje y le pregunta, «¿Qué me traes?» o «¿Qué tienes para mi?». Está esperando alguna respuesta sobre algo importante o algo valioso para alguna operación de los malos.

Si el visitante es el protagonista, seguramente el jefazo y sus esbirros acabarán muertos. Si es un secundario, este será el que acabe más bien mal.

Pero lo importante es la respuesta a la pregunta «Qué puedes hacer por mí?» y que podríamos aplicar también a los Profesionales Libres. Si quieres sobrevivir y progresar profesionalmente siempre deberás tener clara una respuesta que deje bien claro lo que puedes hacer por alguien.

No buscas empleo, ofreces trabajo

Una diferencia fundamental entre la mentalidad de empleado y la de Profesional Libre es el enfoque que das al trabajo.

Una persona empleodependiente busca ofertas de empleo, se dedica a ver quienes necesitan algo y, entonces, trata de encajarlo con sus cualidades. Los problemas de este enfoque son múltiples.

Puede que haya alguien que necesite a una persona como tú, pero quizás nunca os encontréis.

Puede que haya factores que, aunque tengan menos importancia que el valor que aportas, acaben influyendo en la decisión. Por ejemplo, edad, experiencia, conocimientos,…

La herramienta fundamental de este tipo de profesionales es el Currículo. Es decir, un documento que explica lo que has aprendido y realizado, pero que dice bastante poco de tu auténtico valor.

El enfoque del Profesional Libre es distinto. Lo que pone por delante es lo que puede resolver o mejorar. Lo que explica a cualquiera que le quiera escuchar es el valor que puede aportar. De ese modo ya no se dedica a buscar un hueco en el que encajar, sino que pone el caramelito a quienes puedan necesitar a alguien como él o ella aunque ni siquiera se hubiesen planteado elegir a una persona como él o ella,

No son características, son beneficios

Dicen los buenos comerciales que hay que vender beneficios, no características. Eso significa que lo que me interesa no es «de qué estás hecho» sino lo que puedes hacer con lo que eres y lo que tienes.

Por eso el currículo es una mala herramienta de venta. Es como una lista de especificaciones que me dice cuales son tus «componentes», pero me deja a mi el trabajo de descubrir lo que puedes hacer con ellas.


Cuando un empleador o cliente tiene un problema o quiere mejorar o hacer algo lo que necesita, en primer lugar, es saber que tú puedes hacerlo. Luego ya se preocupará de comprobar tus credenciales.

Cuando quieres un teléfono móvil, primero ves lo que puede hacer por ti. Luego ya te preocuparás por saber sus características técnicas. Pues con un profesional, igual.

No es lo que dices, es lo que muestras

El Profesional Libre no utiliza el Currículo salvo que sea completamente necesario, porque el CV es un documento en el que dices, de un modo más o menos auténtico, lo que has hecho o aprendido.

El Profesional Libre prefiere utilizar canales en los que pueda mostrar y demostrar lo que puede ofrecer. Por eso, Internet es un canal fundamental.

En La Red puedes explicar como resuelves problemas, puedes enseñar como haces algo o puedes dar respuesta a consultas.

Dospuntocerolandia puede decir más cosas de ti que una docena de entrevistas de trabajo. Y si lo manejas bien y compartes lo que mejor explica quién eres y lo que haces, vas a poder saltarte muchas reuniones comerciales y procesos de selección. O, al menos, reducirlos mucho.

En una Web, en tu Blog, puedes dejar clara tu oferta en lugar de esperar que sean otros los que deduzcan lo te hace útil. Así ahorras tiempo tú y también quienes pueden pensar, equivocadamente, que eres alguien a tener en cuenta.

No es ser bueno en todo, es ser excelente en algo

Un Profesional Libre no es un generalista, es alguien que domina uno o varios temas, pero no va de «chico para todo».

Esta es quizás una de las mayores dificultades mentales para mucha gente. Hay que elegir. No puedes ir a todo lo que se mueve.

Nunca verás a Bruce Willis o a Denzel Washington respondiendo al jefe de la mafia rusa que no tiene nada concreto que ofrecerle, pero que tiene buena actitud. O les das lo que quieren, o acabarás en el fondo del Hudson con un bloque de cemento en los pies.

Sin llegar a tanto, será difícil que se fijen en ti, te escuchen y finalmente te elijan, si no tienes bien clara la respuesta a «¿Qué me ofreces?»





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